El próximo día 21 de junio llega, por fin, el verano a nuestras vidas. La estación del año más a tener en cuanta para cuidar la piel. ¿Los motivos? La llegada de las fuertes radiaciones y exposiciones solares son el más importante, junto con las alergias típicas de la primavera y la sequedad que arrastra la epidermis por los meses de calor. Por ello, junio, julio y agosto son los meses idóneos para revisar tu piel de la mano de unos expertos y realizarte uno de estos tres tratamientos que desde los centros de estética integral e imagen de Alexandra Arraez nos recomiendan:
Biolifting con corriente galvánica
Muchos de nosotros notamos signos de sequedad y pérdida de elasticidad en la piel. Las causas pueden ser el estrés, el paso del tiempo o no haber cuidado bien la piel en los meses de calor. Es por eso que una excelente alternativa para mejorar y preparar la piel para el resto del año es el biolifting o lifting sin cirugía. Se llama así porque esta técnica se utiliza con ácido hidráulico a través de la corriente galvánica: “Una corriente de flujo constante, sin cambios de polaridad, y superior a las fuerzas iónicas y
moleculares”, nos explica Ester López, directora de los centros Alexandra Arraez.
Hidroácidos + Hidratación y Vitaminas
El cóctel perfecto para devolver a tu rostro toda la hidratación, luminosidad perdida tras la falta de vitamina D y, sobre todo, dotar a la piel de la fuerza necesaria para recibir altas dosis de rayos solares, los propios de la primavera y el verano. El aporte de vitamina a la piel ayuda a regular los niveles de calcio y fósforo en sangre, contribuye a la formación y
la mineralización ósea, influye en numerosos procesos fisiológicos, especialmente en los relacionados con el sistema inmune, y previene trastornos cognitivos como la enfermedad de Alzheimer.
Ritual Serum Biológicos
Este tratamiento es antioxidante e iluminador gracias a la vitamina C estabilizada, que es la encargada de prevenir el envejecimiento prematuro de las células, unificar el tono y promover la síntesis de colágeno. Aporta hidratación, luminosidad y mejora el color de la piel, aclarando las manchas típicas por el consumo excesivo de rayos solares. Disminuye
notablemente la aparición de arrugas al estimular la síntesis de colágeno, constituyente esencial de los tejidos de sostén de la piel, lo que se traduce en una piel más gruesa y firme. Un tratamiento de shock para la piel, que devuelve luminosidad y resplandor en pocas sesiones. Perfecto para realizar dos veces al año, “antes o durante y después del
buen tiempo”, nos aconsejan los especialistas de Alexandra Arraez.