El comisario de arte es la persona encargada de seleccionar y organizar las obras que se enlardarán al discurso teórico y conceptual de una exposición. Se trata de una figura esencial en el mundo del arte, que se desenvuelve entre la cultura, la historiografía, los artistas, el público y la crítica.
Este profesional debe investigar y leer mucho para poder presentar de forma armoniosa y atrayente una obra artística, y que su concepto pueda trascender desde el interior de su creador hasta tocar el alma de su espectador, lo cual es el norte de todo artista.
Un comisario de arte debe lograr un equilibrio entre dudas y certezas; entre la creatividad y la industria; entre lo que se quiere y lo que se debe hacer; entre la utopía y la realidad. Debe saber mediar y equilibrar, ya que después de todo, parece que el propósito de cualquier acto de creación, y especialmente el artístico, es mostrar las cosas como deben ser y no, como realmente son. De allí que el arte sea tan importante como la vida misma, porque podrá darle color, belleza, sutileza, poesía o ilusión a la vida, estableciendo un puente mágico entre la realidad y la idealidad.
Aunque estamos en un mundo material, lo más importante para un comisario no es el dinero, sino el camino. Ese recorrido entre la creación y la presentación de una obra, para que la misma tenga impacto significativo en el espectador.
En este sentido, el comisario de arte no solo ha de tener la capacidad de contar una buena historia, sino que también debe lograr sorprender a la audiencia para conectar con ella, y hacerla entusiasmarte y maravillarse con todo un mundo por descubrir y explorar que se encuentra entre dudas y certezas.