Antes que llegara a España quizás nadie había escuchado hablar de El Salvador, mucho menos de mi pueblo llamado San Vicente, un pueblo mágico que en el centro de la ciudad se engalana de con una torre gigante, que es un monumento histórico, y al fondo el hermoso volcán Chinchontepec, llamado también el cerro de la mujer dormida.
San Vicente, es conocida en El Salvador como la cuna del arte, pero, sobre todo, de las mujeres más maravillosas, guerreras y hermosas.
En mi pueblo, también llamado la capital de la cumbia salvadoreña, las mujeres representan un porcentaje importante en el movimiento de la economía, desde la que trabaja elegante en una oficina, la señora que día a día vende sus productos en el mercado, así como la que se encarga de barrer las calles donde transitan miles de turistas tanto nacionales como internacionales.
Si me preguntaran de dónde son las mujeres más maravillosas del mundo diría que de El Salvador, no solo porque logramos entrar en el top 10 de las mujeres más bellas del Miss Universo 2023, sino también porque ahí nació mi madre, mi hermana, mis mejores amigas y todas aquellas mujeres que de una u otra forma me han aportado todo lo necesario en mi vida para que yo hoy pueda mostrar este proyecto en esta maravillosa revista española y enseñando lo divinas que son las vicentinas.
Este proyecto fotográfico, que fue un éxito total, no solo demuestra mi labor de querer enseñar al mundo que la moda puede llegar a cualquier lugar, sino también el querer mostrar, publicar y llevar a todos los lugares del mundo que sea posible, la lucha diaria que viven las mujeres de mi pueblo para poder llevar el pan cada día a sus hogares.
Las fotografías presentadas significan para mí algo muy importante, porque con ella muestro algo diferente a lo que quizás están acostumbrados a ver; sin embargo, demuestra la hermandad que como vicentinos también tenemos, porque detrás de todo está el trabajo en equipo de los diferentes colaboradores y de todos aquellos que nos pudieron ayudar.
Fotografiar una plaza pública como lo es el mercado de San Vicente marca un antes y un después de mi trabajo, porque con ello se presenta no solo una parte de mí infancia, cuando recorría esos lugares agarrado de la mano de mi mamá, sino también mi avance profesional que ha tenido aquella persona que llegó a España en 2020 con temores e inseguridad.
Con este proyecto, que es una de mis piezas más importantes, quiero que vean mi avance y mi evolución no solo como fotógrafo sino también como persona a lo largo de estos 4 años alejado de mi hogar, una evolución como la que ha tenido mi bello San Vicente.
Diseño: Jesús Alvarenga
Asistente: Miguel Burgo
Redactor: Jonathan Pineda
Modelos: Alejandra Arriba y Alejandra Elizabeth Garcia Villalta