Producida por Paul Currie, p.g.a., Michael Gracey, p.g.a., Coco Xiaolu Ma,
Jules Daly y Craig McMahon
Escrita por Simon Gleeson, Oliver Cole y Michael Gracey
Dirigida por Michael Gracey
Reparto
Robbie Williams, Jonno Davies, Steve Pemberton, Damon Herriman, Raechelle Banno, Alison Steadman, Kate Mulvany, Frazer Hadfield, Tom Budge, Anthony Hayes.
Sinopsis
BETTER MAN se basa en la historia real del ascenso meteórico, caída dramática e increíble resurgir de la superestrella de pop británica Robbie Williams, uno de los mejores showmans de la historia. Bajo la dirección visionaria de Michael Gracey (EL GRAN SHOWMAN), la película se cuenta desde la perspectiva única de Robbie, reflejando su inimitable ingenio y su espíritu indomable. Sigue la trayectoria de Robbie desde su infancia y su experiencia como el miembro más joven de la boyband de enorme éxito Take That hasta los logros míticos de su carrera en solitario, todo mientras se enfrenta a los retos que vienen con la fama y el éxito estratosféricos.
Duración: 2 horas, 16 minutos.
DECLARACIÓN DEL DIRECTOR
La idea de BETTER MAN surgió casi por accidente. Robbie fue una amistad inesperada que entablé durante la época en la que estaba desarrollando EL GRAN SHOWMAN. Lo que comenzó como un encuentro improbable de la industria se convirtió en una conexión mucho más significativa de lo que ninguno de los dos pudiéramos haber imaginar. Soy un gran admirador de la gente que tiene un don para contar historias, y descubrí muy pronto que Robbie no sólo era un narrador nato, sino que también tenía algunas historias realmente sorprendentes que contar, cada una de ellas cautivadora y contada con su característico ingenio. Estas historias, que acabé grabando, formaron la base para lo que se convertiría en el el biopic musical de su vida.
La capacidad de Robbie para equilibrar exuberancia en público y su descarado encantador con los aspectos más íntimos, reservados y, a menudo, tumultuosos de su vida eran la base ideal para una narración profundamente conmovedora. Más importante aún, a diferencia de cualquier otra estrella del pop, se comprometió a abordar este proyecto sin edulcorar la trama ni endiosarse. Sus luchas y sus fracasos recibieron la misma atención, si no más, que sus triunfos. Es esta vulnerabilidad lo que impulsa la película y sirvió de recordatorio para ser igual de valiente en su creación.
Para dar forma al mundo de BETTER MAN me inspiré en gran medida en las obras de Bob Fosse y Terry Gilliam. Las estilizadas coreografías de Fosse y sus retratos crudos y sin filtros de los altibajos del mundo del espectáculo, sobre todo películas como EMPIEZA EL ESPECTÁCULO y CABARET, me dieron la valentía para capturar la energética presencia escénica de Robbie y la realidad entre bastidores de su carrera. La influencia de Fosse es evidente en la forma en que BETTER MAN explora la dualidad de actuar ante el público, donde la alegría y el dolor coexisten y se retroalimentan. También era uno de los mejores coreógrafos del mundo, con un ojo para la interpretación del actor y para la cámara. Junto con mi coreógrafo desde hace mucho tiempo, Ashley Wallen, nos aseguramos de que cada número musical fuera un espectáculo que avanzara la historia y a la vez fuera capaz de maravillar independientemente de la película. El estilo surrealista y visualmente dinámico de Terry Gilliam me dio confianza a la hora de diseñar los elementos más fantásticos de la película con el diseñador de producción Joel Chang, lo que nos permitió profundizar en los paisajes psicológicos y emocionales que definen el mundo interior de Robbie. La obra de Gilliam está particularmente influenciada por el absurdo y, sin embargo, a pesar de las luchas que retrata, siempre hay corazón y poesía dentro de la locura.
El estilo de BETTER MAN refleja esta mezcla de influencias, combinando una narración visceral y cargada de emoción con secuencias dinámicas y oníricas que realmente exploran las profundidades de la memoria de Robbie en su temprano ascenso a la fama. Es una historia de resiliencia en medio de la búsqueda incesante de la plenitud y de las complejidades que conlleva ser una figura adorada y escrutada a la vez. El hecho de que Robbie ponga su valía en manos de otros y luche por recuperarla es tanto un cuento con moraleja como una carta de amor propio. Los recuerdos de Robbie son únicos, por lo que parecía apropiado contar la historia desde su perspectiva, retratándolo no como nosotros lo vemos, sino como él se ve a sí mismo: un mono de feria.
En última instancia, la película trata de contar la historia que siempre persigo: la lucha por un sueño imposible. El sueño de Robbie sólo puede parecer imposible si se cuenta desde su perspectiva. En BETTER MAN, Robbie es más que una estrella del pop y más que el personaje que muestra al mundo. La película revela las imperfecciones, contradicciones y genialidades que configuran al hombre que realmente es.
Michael Gracey
SOBRE LA PRODUCCIÓN
EL GÉNESIS
Nacido en Stoke-on-Trent, en el norte de Inglaterra, Robbie Williams se ha labrado un camino único en la industria musical desde que irrumpió en escena con la boy band Take That a principios de los años noventa. Tras abandonar el grupo en 1995, se embarcó en una carrera en solitario aún más exitosa y repleta de números 1. Su álbum de debut «Life Thru a Lens», que salió a la venta en 1996, mostró su don para contar historias a través de la música. A lo largo de los años siguientes, Williams se convirtió en un artista muy querido, conocido por su cautivadora presencia escénica y su capacidad para conectar con el público de todo el mundo.
Uno de los artistas musicales más galardonados del mundo, Williams ha tenido seis de los 100 álbumes más vendidos en la historia del Reino Unido, ha vendido la enorme cifra de 85 millones de álbumes en todo el mundo, ha tenido 14 singles número 1 y un récord de 18 Premios BRIT, más que cualquier otro artista. En 2022, consiguió su 14º álbum número 1 en el Reino Unido con «XXV», batiendo así el récord de solista con más álbumes número 1 en el Reino Unido. Su total de álbumes en las listas de éxitos del Reino Unido, sumando su trabajo en solitario y sus discos con Take That, asciende ahora a 19. Es uno de los dos artistas con más números 1 de todos los tiempos. En 2003, sus conciertos en Knebworth atrajeron a 375.000 fans durante tres noches, un récord de asistencia que no ha sido superado.
A lo largo de los años, Williams ha continuado mostrando su versatilidad como artista, cambiando su estilo musical para abrazar el sonido swing y de big band de artistas como Frank Sinatra y Dean Martin. Su exitoso álbum de 2001 «Swing When You’re Winning», incluía versiones de clásicos del género y cimentó su habilidad para fusionar con maestría su sensibilidad pop con el atractivo atemporal de estos hitos, lo que le valió una nueva legión de fans de varias generaciones. Pero, al mismo tiempo, Williams luchaba con una ansiedad paralizante y problemas con las drogas y el alcohol, alimentados por su salto al estrellato mundial cuando aún era un adolescente.
A pesar de su extraordinaria carrera, Williams es conocido por vivir en el presente y rara vez dedica mucho tiempo a pensar lo que ha pasado a lo largo de su vida. Dice que sólo echa la vista atrás cuando habla con alguien que le hace las preguntas adecuadas.
Los orígenes de BETTER MAN se remontan a 2016, cuando el director, productor y co-guionista Michael Gracey estaba en pleno rodaje de EL GRAN SHOWMAN, protagonizada por Hugh Jackman como el showman, político y empresario estadounidense PT Barnum. «Cada vez que Hugh hacía referencia a PT Barnum, Hugh decía: ‘Igual que Robbie Williams’,» recuerda Gracey. «Y se convirtió en una broma entre todos los que trabajaban en la película, el que cada vez que mencionaba algo sobre su personaje hacía referencia Robbie Williams, ya fuera sobre el espectáculo, su carisma, su musicalidad o cualquier parte de su actuación. Robbie Williams era siempre su referente.»
De modo que, cuando Jackman buscaba garantías sobre la música de la película, Gracey sabía que sólo había una persona capaz de convencerle de que estaba en en camino correcto. «Quedé con Robbie un domingo y fui a verle a su casa de Los Ángeles,» cuenta el director. «Escuchó las canciones y pude ver que las estaba disfrutando, así que le pedí que grabara un vídeo para Hugh. Creo que a Hugh le encantó que le hablase el mismismo gran showman.»
«Enseguida congeniamos,» recuerda Williams de aquel encuentro. «Me quedé prendado de este hombre y de la historia que contaba sobre su película. Luego me puso toda la música de EL GRAN SHOWMAN y, canción tras canción, fue fenomenal. Me maravillan las capacidades de Michael.»
Poco a poco, se hicieron buenos amigos y cada vez que Gracey pasaba tiempo con Williams, se acordaba del don natural del artista para contar historias. «Sus historias eran increíbles», sostiene Gracey. «Son historias de ascenso a la fama, pero lo que era realmente interesante era la forma en que las contaba. Es muy bueno recordando los detalles. Así que le dije: ‘Deberías escribir estas historias’. En ese momento, no sabía para qué era, pero le dije que la próxima vez que estuviera en Los Ángeles hablaríamos y grabaríamos. Y, a lo largo de 18 meses, eso es lo que hicimos. Siempre había un momento especial en el que al narrador que hay en él, al artista que hay en él, le encantaba contar la vida que ha llevado, y lo captamos de una manera directa y muy informal.»
Gracey empezó a repasar las grabaciones, reposicionándolas y editándolas en distintas combinaciones para determinar si había un arco narrativo. «Cerraba los ojos e imaginaba cómo podría ser la película», recuerda Gracey. «Y me entusiasmó porque había temas universales. Se trata de seguir tus sueños. También va de ser capaz de mirarte al espejo y amar lo que ves, y ser capaz de aceptar la persona que eres». Rob era un chico de Stoke-on-Trent, en el norte de Inglaterra, que no es un genio musical pero tiene «eso», sea lo que sea «eso». Y eso le llevó de Stoke-on-Trent al mundo entero.»
Con esa manera que tiene de reírse de sí mismo, Williams describe la historia de su vida como la de «un hombre ordinario al que le ocurren cosas extraordinarias.» Dice: «Pero lo que he conseguido hacer, lo que he logrado y lo que he superado es el equivalente a estirar una banda elástica desde Stoke-on-Trent hasta Marte. Espero que la gente lo encuentre interesante. Todo el mundo tiene un viaje de héroe, es parte de la experiencia humana. Solo espero que el mío, en particular, interese a la gente. Y los musicales son poderosos por su naturaleza transformadora y la cualidad etérea que tiene la música. La música te habla al nivel del alma, más profundamente de lo que pueden hacerlo las palabras.»
En 2019, Gracey se asoció con sus viejos amigos y colaboradores creativos Oliver Cole y Simon Gleeson para escribir el guion y juntos desarrollaron los temas, dieron más cuerpo a los personajes y ampliaron los ritmos de la historia y números musicales clave. Pero el guion nunca se alejó mucho de las grabaciones de voz iniciales que sirvieron de base. «Hablamos de las grabaciones y elegimos nuestros momentos favoritos de las historias que contaba Rob», recuerda Cole. «Luego Michael nos pidió que fuéramos a Sydney durante 11 días y 11 noches, y escribimos constantemente. Al principio, el proceso fue un torbellino, pero fue inspirador trabajar creativamente bajo esa presión.»
«Estuvimos entusiasmados desde el principio porque Rob es un tipo único,» añade Gleeson. «Su música es buena, pero no es perfecta y puede ser un poco absurda. Justo esta falibilidad es lo mejor. Es emocionalmente honesto. Tuvo el valor de decirnos: ‘Adelante’. Porque no queríamos endulzar nada. Queríamos contar algo sincero y emotivo. No se llega al nivel de éxito que ha tenido Rob sin tener inquietudes genuinas. Así que la pregunta es ¿qué hay detrás y de dónde viene? Para nosotros era muy importante profundizar y mostrar lo que realmente le motiva. Este biopic no está diluido en absoluto.»
Williams admite que no está seguro de dónde le viene la compulsión de ser igual de abierto sobre lo bueno que sobre lo malo, pero a estas alturas de su vida ha dejado de cuestionarlo. «Para esta película, he revelado mucho más de lo que debería», dice entre risas. «Pero en el día a día también revelo mucho más de lo que debería sobre lo que ocurre en mi vida.»
A medida que el trío de coautores, incluido Gracey, desarrollaba el proyecto, pronto quedó claro que esas primeras grabaciones debían utilizarse en la película final. «La mayoría de las veces que se oye a Rob en la película es de esas grabaciones originales porque, aunque intentamos recrearlas, no pudimos,» explica Gracey. «En esas grabaciones, Rob habla de una forma determinada, es diferente a la voz de alguien que lee unas líneas de un guion.»
El productor Paul Currie no tardó en sumarse al proyecto y, conociendo a Gracey desde hacía muchos años, ambos estaban encantados de haber encontrado por fin un proyecto en el que colaborar. «Michael tiene una forma única de contar historias,» afirma Currie. «Y con BETTER MAN ambos estábamos en un punto de nuestras carreras en el que podríamos darlo todo por esta historia tan valiente, increíble y ambiciosa, por esta historia que ambos sentíamos que tenía que ser contada. A Michael siempre le han gustado los musicales y su carrera ha consistido en magnificar secuencias y hacerlas visualmente seductoras, sin perder de vista el alma y la emoción básica de la historia. Todo lo que hace tiene un toque de musicalidad, pero también hay algo idealista en sus personajes. De manera que, al abordar a una historia como la de Rob, sabías que con Michael detrás iba a ser realista y cruda, pero la historia también iba a tener un sentido de fascinación y fantasía. Ha sido el viaje más difícil de mi vida, pero es algo de lo que estamos muy, muy orgullosos todos.»
Originario de Melbourne (Australia), tras haber trabajado en todo el mundo, Gracey regresó a su país natal para rodar la película a principios de 2021. La mayor parte del proyecto se rodó en Australia a lo largo de cuatro meses, a excepción de algunas secuencias clave que tuvieron lugar en el Reino Unido y Serbia. «Volver a casa para rodar esta película con el increíble equipo australiano y el talento que tenemos allí fue una alegría,» dice el cineasta. Y que tanta gente se uniera en torno a una película tan ambiciosa fue una lección de humildad. Esta película nunca habría visto la luz si no hubiera sido por Screen Australia y VicScreen, y lo que nos permitieron hacer. La escala épica que fuimos capaces de alcanzar es gracias a ellos.»
«Que alguien como Michael pueda volver a casa es algo especial para el crecimiento de la industria (australiana), porque aporta sus conocimientos a los equipos de personas con las que trabaja», afirma Currie, que produjo la película junto a Gracey, Coco Xiaolu Ma, Jules Daly y Craig McMahon. «Y el efecto dominó que una película de esta escala tiene en la industria es considerable. Espero que cuando el público vea BETTER MAN sienta la pasión que todos los que han trabajado en la película han puesto en ella. Es un filme que fue un puro desafío, lleno de energía, amor, colaboración y buen hacer todo volcado en cada fotograma.»
LA FAMA NOS CONVIERTE A TODOS EN MONOS
A medida que Gracey desarrollaba la película, sabía que tenían una historia increíble, pero sentía cierta presión por presentarla de forma novedosa. «Es una historia original y Rob es un personaje único,» dice. «Y por eso quería asegurarme de que la forma en que representábamos esta historia y la forma en que la filmábamos, en cuanto a dónde poníamos el foco, fuera también creativamente única.»
Cada vez que Gracey volvía a las grabaciones, se fijaba en Williams refiriéndose a sí mismo como un mono una y otra vez. «Rob decía cosas como: ‘Estoy en la parte de atrás bailando como un mono’ o ‘Estaba completamente fuera de mí, pero me estaban subiendo al escenario para que actuara como un mono’. Y, después de un tiempo, pensé: ‘¿No sería increíble representar a Rob como un mono en la película?’ Porque era Robbie quien estaba contando esta historia, igual que me la contó a mí en esas entrevistas, y así es como se ve a sí mismo.»
Dado el modo en que las estrellas del rock pueden cambiar la energía de una sala, haciendo que de repente que parezca que todo orbita a su alrededor, el cineasta no tardó en descubrir que el mono proporcionaba esa misma intensidad cautivadora. «Cuando pones un mono en una escena, no puedes evitar sentirte intrigado por él, aunque no esté hablando,» explica Gracey. «Y eso capta lo que es ser una estrella. No puedes apartar los ojos de esa persona. Así que, para mí, no solo el mono satisface la forma en que Rob se ve a sí mismo, sino que hay otro elemento en él, y es que crea una auténtica estrella en cada fotograma de la película que te atrae tanto». Wētā FX creó el personaje principal de la película y el trabajo que han hecho y la pasión que han puesto en ello es lo más impresionante que he visto nunca. Mucho antes de ser famoso, Rob siempre ha sido esa persona que cuando entra en una habitación es el centro de atención.»
«Mi vida siempre parece un acto en la cuerda floja sin red de seguridad», confiesa Williams. «Podría caerme en cualquier momento y muchas veces lo hago. Así que cuando Michael vino a casa y me dijo: ‘Vamos a hacer que seas un mono’, al instante sentí que era la mayor apuesta que podían hacer por esta película. Me encantó que corriera ese riesgo, y supe que teníamos que hacerlo. Para mí tenía todo el sentido del mundo, y es tan emocionante y diferente. Cuando te rindes a la maquinaria de la industria, te obliga a ser un robot o un mono. Y yo elegí ser un mono.»
Otra ventaja añadida que surgió inesperadamente de esta elección creativa fue la reacción humana natural que tenemos al ver a animales pasarlo mal en pantalla. «Nos compadecemos de los animales porque son inocentes,» señala Gracey. «Y cuando vemos a un animal sufriendo o herido, es muy violento. Así que había algo realmente potente al representar a Rob como un mono y verle pasar por esos momentos más oscuros en los que sufre, ya sea autolesionándose o en una situación en la que le hacen daño. Lo sientes tanto por él.»
Pero quizá lo más sorprendente sea lo rápido que olvidas que estás viendo a un mono. «En los primeros cinco minutos de una película es cuando se establece el pacto con el público,» explica Gracey. «Básicamente, estás diciendo: ‘Esto es lo que vamos a hacer’. Entonces, todo el mundo conecta y no se piensa en ello durante el resto de la película. Te metes en la piel de este hermoso personaje, de estas increíbles interpretaciones y de estas cualidades tan humanas. Hay algo primario en observar a un mono y sus experiencias en un mundo en el que es llamativamente diferente a los demás. Y como público, nos podemos identificar con ese personaje. Porque, al fin y al cabo, todos nos sentimos diferentes y a menudo nos preguntamos quiénes somos en realidad. Todos nos miramos en el espejo, sobre todo cuando somos adolescentes, y decimos ‘No soy esto, no soy aquello’. Así que ver a Rob experimentar eso como personaje, mientras lucha por saber quién es, es una idea muy cercana y hermosa.»
ECONTRAR A ROBBIE WILLIAMS
A la hora de representar a Robbie Williams en la gran pantalla en un relato dramatizado de su vida, Michael Gracey siempre supo que un enfoque convencional nunca funcionaría para un individuo tan singular. En su lugar, Gracey ideó un método completamente original y bastante osado que se aprovechó del hecho de que un mono generado por ordenador fuera el centro de prácticamente todas las escenas. Para empezar, el propio Williams fue escaneado y sus movimientos capturados digitalmente mientras interpretaba una canción de la película, para que la producción pudiera tener referencias reales de sus expresiones faciales, gestos y movimientos en escena. A continuación, Gracey eligió a dos actores para interpretar al joven Robbie Williams, la actriz australiana Asmara Feik y el actor inglés Carter J. Murphy, mientras que el actor inglés Jonno Davies asumió el papel principal de Williams de adolescente y adulto. Tras filmar sus respectivas interpretaciones mediante captura de movimiento, Gracey y la empresa de efectos digitales puntera y múltiplemente galardonada Wētā FX fusionaron todos estos elementos para crear el personaje del mono y ofrecer un retrato profundamente impactante de este intérprete único.
«El casting de Rob fue realmente difícil», admite Gracey sobre la búsqueda de un actor principal que llevara la mayor parte del peso de llevar a Williams a la gran pantalla. «Hay mucho en el personaje, mucho corazón y mucho espectáculo, y se requiere mucho talento. Algunas personas tienen dotes dramáticas, otras tienen un talento asombroso para la actuación en directo, otras tienen la capacidad de ser ingeniosas o son carismáticas. Pero encontrar a una persona que pudiera hacer todas esas cosas a la altura de qué y quién es Robbie resultó casi imposible.»
Tan imposible que diez días antes del inicio de la producción aún no se había elegido al protagonista. Fue la actriz Kate Mulvany, que interpreta a Janet, la madre de Williams, quien sugirió a Davies, con quien había trabajado en la serie Hunters. Davies demostró ser la persona ideal para encarnar todas las complejidades de Williams, ofreciendo una interpretación extraordinaria que encarna a la perfección su carisma y su físico con una precisión asombrosa. «Jonno lo dio todo en esta película», afirma Gracey. «Su compromiso a la hora de retratar a Robbie de una forma veraz, emocional y llena de energía fue impresionante. Me dejó de piedra. Estudió a fondo lo que hace que Robbie sea Robbie, incluido su tesón natural. Toma tras toma, siempre dio el 150%. Esta película es tan buena gracias a la dedicación de Jonno a esa interpretación.»
Para Davies era un papel que desde el principio supo que deseaba con pasión y sin darse cuenta aportó a la interpretación una cantidad ingente de investigación. «Era el protagonista de una película de Michael Gracey interpretando a uno de los iconos de mi infancia», dice ilusionado por esta oportunidad. «Robbie fue una de las primeras personas que vi en directo con mis padres cuando tenía unos nueve años. Fue por la época de sus conciertos en Knebworth. Lo tengo grabado en la mente. Robbie es una persona cuya emoción siempre ha estado a flor de piel y con su corazón expuesto. Nos metemos de lleno en eso en esta película. E, independientemente de lo que Robbie haga, estamos de su lado.»
Williams estaba encantado con la elección del reparto, señalando que el joven actor tiene algo especial que se traduce en no poder apartar la mirada de él cuando está actuando. «Pero, ante todo, Jonno es un ser humano fantástico», dice Williams. «Es una persona tan maravillosa y tiene un talento inmenso. Verle hacer lo suyo, que es lo mío, fue un cosa muy interesante, confusa, maravillosa y extraña. Él es increíble.»
Y, aunque no vemos el rostro de Davies en pantalla, la interpretación es suya, asegura Gracey, con capas añadidas después. «Los animadores crearon una versión digital de Robbie, ya que tenían todo ese material del propio Robbie para incorporarlo a la actuación de Jonno,» explica el director. «Así que hay momentos, por ejemplo con «Let Me Entertain You», en los que hay cosas icónicas que Robbie hace, desde la forma en que se mueve a ciertas expresiones faciales, incluido en la manera en que grita en las pausas entre canciones, y todo eso lo obtuvimos del propio Robbie. Y Jonno, hay que reconocerle el mérito, estudiaba la forma de actuar de Robbie. Era increíble ver cuánto de Robbie había en la actuación de Jonno. Así que terminó siendo este hermoso híbrido con momentos en los que podíamos traer al verdadero Robbie Williams cuando lo necesitábamos. Jonno clavó las interpretaciones, incluso en los momentos en los que no dice nada y solo reacciona, reacciona como lo haría Robbie. Todos los biopics necesitan una actuación central icónica y hemos tenido la suerte de tener ésta.»
Davies se preguntaba cuánto de su actuación saldría a relucir bajo la apariencia del mono hasta que quedó muy claro en su primera reunión con Gracey. «Michael me aseguró que yo era el titiritero, la persona que movía los hijos de este personaje», recuerda. «Captaban todos mis micro-movimientos, para ello me pegaban 101 puntos por todo el cuerpo cada mañana. El mono era el lienzo, pero yo era el pintor. Así que, en general, nunca lo interpreté como un mono y, aunque esa es la representación visual, nunca quise que la gente viera a Robbie como un neandertal o una figura primitiva, porque tiene mucho corazón y es muy complejo. Pero me encantó empezar por lo físico. Los simios sacan pecho y tienen una actitud desafiante, que creo que a Robbie tiene en abundancia, sobre todo cuando está en el escenario.»
MAESTRÍA EN LOS EFECTOS VISUALES
A la hora de garantizar que el personaje central se integrara a la perfección tanto con la interpretación de Jonno Davies como con la propia forma de moverse de Robbie Williams, nunca dudamos de que nadie lo haría mejor que el galardonado equipo de Wētā FX. Desde que Gracey era un adolescente que se iniciaba en los efectos visuales en Sidney, soñaba con colaborar algún día con Wētā, la empresa detrás de personajes digitales icónicos como Gollum de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, César de EL ORIGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS y los avatares de AVATAR. Armado con sus diseños en 2D y su arte conceptual, Gracey presentó su visión al productor ejecutivo de efectos visuales de Wētā, David Conley. Impresionado tanto por el guion como por la ambición de Gracey, Conley no solo aceptó el proyecto, sino que colaboró en la previsualización 3D de las secuencias musicales clave y transformó los diseños de Gracey en personajes 3D realistas. La pasión de Wētā y su inquebrantable fe en la película les llevaría finalmente a establecer un estudio en Melbourne para producir BETTER MAN.
El supervisor de efectos visuales Luke Millar fue el responsable de todos los componentes de efectos visuales que se incluyeron en la película y, aunque la mayor parte del trabajo fue sin duda crear el personaje digital de Williams, también hubo que crear un gran número de entornos y extensiones digitales. Millar trabajó en estrecha colaboración con el productor de efectos visuales Andy Taylor y el resto del equipo de Wētā, y dado que Gracey también procede del mundo de los efectos, resultó ser un equipo de artistas de ensueño el que llevó a la gran pantalla estos efectos visuales revolucionarios.
«No puedo evitar sonreír cuando digo los nombres de Luke Millar y Andy Taylor», cuenta Gracey. «Ellos dos fueron fundamentales para toda esta película, al igual que Dave Clayton, el supervisor de animación que diseñó los números musicales de la película. Les debo mucho, y a todos los artistas de Wētā FX, ya que todos tienen un talento extraordinario. Aportaron toda su experiencia a este personaje, que es increíblemente único en cuanto a realismo emocional, junto con el canto y el baile. Nunca ha habido un personaje digital que englobase todo eso. En mi opinión es el mejor trabajo que han hecho nunca, y su pasión por esta obra es evidente en el resultado. Teníamos a las personas adecuadas que querían ir más allá y hacer algo que el público no hubiera visto antes. Me encanta que hayamos sido capaces de crear algo verdaderamente fantástico en un entorno increíblemente realista.»
«Me encantó trabajar con Michael Gracey», dice Millar, devolviendo el piropo. «Michael tiene una gran experiencia en efectos visuales, de modo que comprendió muy bien los retos a los que nos enfrentábamos en términos de realización cinematográfica y efectos visuales, y cómo encajaban. Es increíblemente colaborador y creativo, y nunca quiere conformarse. Fue un entorno de gran apoyo y una relación muy simbiótica.»
Millar está de acuerdo en que la singularidad de BETTER MAN debe considerarse en el contexto de cómo se ve el personaje digital en pantalla. «No se me ocurre ninguna película hasta la fecha en la que hayamos representado un drama, una auténtica montaña rusa que recorre todo el abanico de las emociones humanas, con un personaje digital», afirma Millar. «En el pasado, estos personajes solían aparecer en películas de superhéroes, de aventuras o de fantasía. Nunca antes se había hecho en una realidad tan aterrizada y cruda, y eso fue una de las cosas más emocionantes.»
Al crear un mono con la personalidad específica de Robbie Williams, el objetivo principal era evitar que el personaje resultara cómico. «Los personajes o animales humanizados pueden caer rápidamente en el terreno de las películas infantiles, pero en este caso necesitábamos que fuera contundente, emotivo y real», explica Millar. «Este personaje iba a hacer muchas cosas, y teníamos que tratarlas con mucha delicadeza para que el aspecto visual o la historia que queríamos contar no cayesen rápidamente en el humor.»
Afortunadamente, Wētā ya había creado varios simios en distintas películas, así que partían de una base sólida. «Pero aún así, había tecnología nueva, nuevas ideas y efectos visuales que queríamos aportar», dice Taylor. «Y esta criatura, este Robbie, tanto joven como maduro, probablemente también tendría unos 100 atuendos que iba a llevar, junto con diferentes cortes de pelo, por no hablar de afeitarse el pelo en cámara. Eran cosas que no habíamos hecho antes, así que estábamos explorando. Fue emocionante».
Gracey sabía que quería ver algo de Williams en la actuación, pero intentar alcanzar ese equilibrio era algo que requería un ajuste constante. «¿Es demasiado Robbie?» dice Gracey que se preguntaba, «‘¿o es demasiado mono?’ Querías poder ver a Robbie en el diseño, pero no querías caer en ese lugar raro en el que es solo una versión peluda de Robbie.» Wētā dio con el equilibrio perfecto entre mono y Robbie, tanto a nivel visual como de interpretación.»
A pesar de la cantidad de equipo que tuvo que llevar Williams para que se captaran sus movimientos, el equipo creativo afirma que se desenvolvió con absoluta naturalidad con él. «Robbie tuvo que ponerse un traje gris con toda una red de LEDs fijados con velcro al exterior del traje,» explica Millar. «Llevaba un casco con un gran brazo y había unos 50 marcadores colocados en su cara. Robbie fue genial. Es una de las personas con quien ha sido más fácil trabajar en ese sentido.»
«Rob es un gran cinéfilo y ve mucho metraje de detrás de las escenas, así que ya sabía bastante sobre el proceso,» confirma Taylor. «Hablamos de los fundamentos del traje de captura de movimiento y del sistema facial de captura, y lo integró todo. Tenía muchas ganas de participar, de formar parte del equipo y de la actuación, fue increíble.»
Para Davies el proceso de captura de movimiento era nuevo, pero también se adaptó rápidamente a los elementos adiciones de su trabajo. Llevaba un casco con un brazo que tenía dos cámaras de gran angular montadas en la parte delantera, y le aplicaron puntos en la cara para hacer una serie de pruebas antes de transferirlos a una máscara de plástico. Ésta se imprimió a partir de un scan de la cara del actor para que se ajustara con precisión y permitiera una colocación exacta en las escenas. «Las dos cámaras montadas en el brazo enfocaban siempre la cara de Jonno cuando actuaba,» explica Millar. «Así podíamos rastrear cómo se movía ese punto a lo largo de esa actuación y luego la relación de esos puntos se podía aplicar para manejar la animación facial y recrear los movimientos.»
Además de tener que estar muy atento a los requisitos físicos y a los movimientos de la cámara, Davies también tenía que asegurarse de estar siempre presente en la actuación. «Tuve que acostumbrarme a llevar el traje de capture motion, a tener el brazo en la cabeza y a calcular la altura de los ojos cuando llevas un caso en la cabeza, ya que cambia tu visión periférica, pero también tuve que asegurarme de que seguía en la escena», explica Davies. «Michael me dijo que interpretara esto como cualquier otro papel y que conectara con la persona que tenía enfrente, pensando en lo que era importante y en lo que intentaba conseguir en la escena. Y luego ponían la plantilla del mono encima de eso. Así que no había un animador dibujando nuevas emociones o creando nuevas expresiones. Había un alto grado de autoría, que me entusiasmaba y me hacía sentir cómodo en el papel. Siempre teníamos al menos 40 cámaras diferentes en el plató, además de nuestra cámara principal que captaba todo lo que yo hacía».
EL PODER DE LA FAMILIA
En el centro de la película está la hermosa pero complicada relación de Robbie Williams con su padre, el artista Peter Williams, cuyo nombre artístico era Peter Conway (Steve Pemberton), así como las relaciones estrechas y cálidas con su madre Janet (Kate Mulvany) y su abuela Betty (Alison Steadman). Los padres de Williams se divorciaron cuando él tenía tres años, y Peter se volcó de lleno en su carrera como cómico y cantante, y no estuvo plenamente presente para su hijo. La interpretación de Pemberton como Peter aportó gran empatía, comicidad y talento al rol. Steadman como abuela de Robbie aportó profundidad emocional a la película y vino a simbolizar amor y apoyo incondicionales. Mulvany captó la autenticidad, corazón y humor en la relación entre esta madre soltera y su hijo.
«Entre todas las historias de Rob, me atrajo el aspecto padre-hijo», cuenta Gracey. «Alguien dijo una vez que todas las estrellas del rock son hijos que claman por sus padres desde el escenario. Pero en el caso de Rob, tuvo una experiencia única, ya que tenía un padre que idolatraba a Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis Jr. y su entusiasmo y pasión por esa música se los transmitió a Robbie. Narrativamente, había algo hermoso en un padre que no llega a alcanzar su sueño, pero su hijo sí. Y que Rob alcanzase su sueño hizo posible que el padre se subiese al escenario ante miles de personas y actuara. Es una parte muy satisfactoria, única y verdadera de la historia de Rob».
«No había mucha gente de donde vengo que soñara con estar en la industria del entretenimiento porque no estaba a nuestro alcance tener ese tipo de sueño», recuerda Williams. «Aún así, mi padre tenía ese sueño. Él lo vivió. Luchó por ello. Así que yo pude ver que era una posibilidad. Mi padre hablaba de la gente de su sector que admiraba y adoraba como si fueran dioses. Mi relación con mi padre ha sido una en la que él es un héroe. Es carismático, conmovedor y su compañía es maravillosa. Todo el mundo quiere a Peter, y nadie lo quiere más que yo».
Y cuando la producción consiguió a Pemberton, el querido cómico y actor ganador de un BAFTA, para dar vida al adorable Peter estaban incrédulos. «Tenía que ser capaz de hacer el payaso, pero también tenía que tener corazón,» dice Gracey sobre lo que buscaba en un actor para el papel. «Tenía que ser la persona admirada por Rob, pero también con sus defectos humanos, como todos. Lo que Steve aportó al personaje fue increíble. Es un genio de la comedia y un escritor increíble, así que sus improvisaciones hicieron que todo el equipo se partiera de risa. Era pura alegría. Recuerdo esos días porque me dolían las mejillas de sonreír todo el día. La forma en que interpreta al padre de Rob es increíblemente poderosa y conmovedora e, incluso en algunos de los momentos más desagradables, consigue que te preocupes por él.»
«La historia está contada de una manera extraordinaria que te hace reevaluar todo lo que crees saber sobre Robbie Williams,» dice Pemberton sobre por qué se sintió atraído por el proyecto. «Es divertido, gracioso y también dramático. Creo firmemente que cualquier drama necesita comedia y cualquier comedia necesita drama, porque la vida es divertida en un momento y dramática y triste al siguiente. Tienes que tener todo eso dentro de tu interpretación.»
Pemberton dice que, aunque llegó al proyecto con cierto conocimiento de la carrera de Williams, tenía un recuerdo especialmente claro de verle actuar con su padre en televisión cuando cantaron una versión de «That’s Life» de Sinatra. «Aquello se me quedó grabado,» recuerda. «Así que, en cuanto dijeron: ‘El mundo es el escenario de Peter Willimas’, ya tenía una idea de él y del tipo de personaje que sería. Sin embargo, hablar con Michael, ver su material visual y estar respaldado por un gran guion significó que la mitad de mi trabajo estaba hecho. Pero lo que realmente me convenció fue poder cantar «My Way» en el escenario del Royal Albert Hall al final de la película. No soy cantante, pero como actor comparto ese amor por actuar. Me encantó desafiarme a hacer algo que nunca había hecho antes. Fue un honor increíble formar parte de este proyecto. Disfrute cada día.»
Williams, que se declara un obseso de la comedia, describe a Pemberton como «uno de los grandes cómicos de nuestra generación,» y, como era de esperar, estaba muy ilusionado con la idea de que el actor interpretara a su padre. «Me dije: ‘¡Wow, es Steve Pemberton de The League of Gentlemen!’ Cuando le conocí, sentí que se me salía de mi propio cuerpo de la emoción. No podía contenerme al saber que iba a interpretar a mi padre. Ha hecho un trabajo extraordinario porque es un actor extraordinario. Tener a Steve en mi película es un honor tremendo.»
En marcado contraste con la inquietud de Peter, está la madre de Williams, Janet, interpretada por la actriz australiana Kate Mulvany. Janet aporta realismo en un mundo de locas esperanzas, sueños y ambiciones. Es la voz de la razón. «Aunque mi padre es increíblemente carismático y tiene un talento innato, no tenía el arrojo que tiene mi madre,» explica Williams. «Mi madre tiene ambición, tenacidad y agallas. No acepta un no por respuesta. Yo soy una mezcla de las dos cosas. Tengo el empuje de mi madre y la capacidad de mi padre para entretener a la gente.»
Mulvany estaba ilusionada con unirse al proyecto, en parte porque nunca había visto una historia sobre la fama contada de esta manera. «Me encantó el personaje de Janet,» cuenta la actriz. «Es una persona real, claro está, pero me pareció fascinante asumir un papel en el que estás viendo cómo la fama le sucede a otra persona. Es algo que no solemos ver estas historias de éxito. Ve cómo su querido hijo pasa de saltar en sofá fingiendo que canta con un micrófono a convertirse en Robbie Williams. Así que mi trabajo fue retratar eso lo mejor que pude y capturarlo con autenticidad. Debe haber sido fascinante y aterrador para ella ver ese talento genuino en su pequeño hijo. Debía de temer que aquello se torciera, como le había ocurrido con su exmarido Peter. Así que hubo un tira y afloja con Janet a la hora de alentar la ambición de Robbie y al mismo tiempo tratar de bajarlo de las nubes cuando se alejaba demasiado.»
«Kate interpreta una versión increíble de mi madre,» señala Williams. «Hay un gran poder dentro de mi madre. Es una mujer formidable. Empezó un negocio en una zona pobre de la ciudad, consiguió un préstamo y luego ganó suficiente dinero para mudarse a una zona más acomodada de la ciudad, acomodada para Stoke-on-Trent, y consiguió hacer un éxito de estas cosas. Y Kate tiene ese poder en su interior, en eso es totalmente como mi madre.»
Otra mujer fundamental en la vida de Williams fue su abuela Betty, interpretada por la aclamada actriz británica Alison Steadman, ganadora de un Premio BAFTA. «La relación con mi abuela fue la más importante que tuve en el planeta antes de conocer a mi mujer, porque no hay nada más importante que el amor incondicional,» dice Williams. «Y mientras que mis padres tenían que criarme, mi abuela simplemente me quería. Si no fuera por ella, no entendería el amor desinteresado, de dónde viene y lo que significa.»
Steadman recuerda lo cariñoso que fue Williams desde el primer momento en que lo conoció. «Fue muy divertido porque me dijo: ‘Holá, estás haciendo de mi yaya,» cuenta entre risas. «Me dio un abrazo enorme, charlamos y me hizo preguntas sobre mis abuelos. Robbie tenía unos padres muy ocupados y su abuela siempre estuvo ahí para él. Lo abrazaba y se sentaban a ver la televisión y a jugar juntos. Era una persona dulce y amable, y siempre estuvo ahí para ayudarle a lo largo de toda su infancia.»
Fueron precisamente esos rasgos los que convirtieron a Steadman en la primera opción para Gracey. «Necesitábamos a alguien con la calidez y el desparpajo de Rob,» dice el cineasta. «Nunca he conocido a nadie que pueda reírse en el momento justo como Alison. Haga lo que haga, lo hace de una forma que te lo crees de verdad. Y el amor que transmite es real. Y se te parte el corazón cuando te das cuenta de que no va a estar ahí para siempre porque entiendes lo mucho que significaba para Robbie».
Y para el retrato de los últimos años de Betty Williams, ya que en la película se ven los primeros signos de demencia, Gracey dice que era inmensamente importante para él tratar ese aspecto de su vida con sensibilidad. «Mi abuela tuvo demencia y recuerdo momentos en los que, hablando con ella, su mente se iba a otro lugar,» dice. «Por eso, al representar esta enfermedad, quería asegurarme de ser fiel a la realidad. Alison hizo un trabajo increíble con su retrato.»
LOS AÑOS DE TAKE THAT
Robbie Williams saltó a la fama con solo 15 años, cuando se presentó a una prueba para el manager Nigel Martin Smith. Smith había visto el éxito masivo de New Kids on the Block, la boy band de Estados Unidos, y se propuso repetirlo con un grupo británico. Ese grupo acabaría convirtiéndose en Take That, generalmente considerada la boy band más exitosa de la historia de la música británica.
El actor australiano Damon Herriman encarna al controvertido representante de Robbie. «Sin lugar a dudas, Nigel tenía un ojo increíble para el talento,» dice Herriman del hombre que ha interpretado para la gran pantalla. «Vio a un montón de chicos para la banda y juntó a estos cinco que tenían algo diferente cada uno. No creo que se deba perder de vista el papel de Nigel Martin Smith en el éxito de Take That. Se aseguró de que actuaran constantemente y se ganaran a sus fans, y consiguió grandes coreógrafos para perfeccionar los bailes. En algunos sentidos, también se podría atribuir a Nigel la motivación de Robbie a triunfar en solitario, ya que Robbie una vez mencionó en una entrevista que lo único que quería era que Nigel le quisiera y nunca sintió que fuera así cuando estaba en Take That.»
Michael Gracey conocía a Herriman desde hacía mucho tiempo y, como admirador de su trabajo, siempre había tenido la esperanza de trabajar con él en un proyecto. «Damon tiene un talento increíble», dice el director. «Sus interpretaciones son magníficas y fue una auténtica alegría capturar su retrato de Nigel Martin Smith. Las miradas que dirige a los chicos son muy reveladoras, y es todo mérito suyo porque mucho de eso podría perderse fácilmente. Lo hace de una manera que te hace sonreír, incluso cuando está siendo desagradable.»
La admiración es mutua, Herriman admite que el mero hecho de tener la oportunidad de trabajar con Gracey fue motivo suficiente para decir que sí a BETTER MAN. «Tuve suerte en este caso,» dice, y señala que se sumergió en una serie de entrevistas y documentales en los que aparecía Smith para hacerse una idea del hombre que había detrás de la banda. «Pero el guion era tan bueno que el personaje de Nigel saltó de la página. Es uno de los mejores personajes que he leído. Tiene tantas cosas en la cabeza. Es muy impulsivo. Puede ser increíblemente cortante. Puede ser controlador. Pero también es muy gracioso, a veces intencionalmente otras no. Es uno de los mejores diálogos que he leído, así que interpretar a este personaje me resultó muy atractivo.»
La participación de Take That en BETTER MAN aporta una energía juvenil y un sentimiento de fraternidad a la película, ya que todos los actores pasaron meses practicando coreografías y metiéndose en sus papeles. Junto a Jonno Davies como Williams, los miembros de Take That están interpretados por Jake Simmance como Gary Barlow, Liam Head como Howard Donald, Chase Vollenweider como Jason Orange y Jesse Hyde como Mark Owen. Muy pronto, los cinco actores se hicieron buenos amigos. «Nos hemos hecho muy buenos amigos,» dice Davies. «Éramos un equipo muy unido en el set, así que Michael nos permitió improvisar algunas escenas también. Teníamos mucho margen para experimentar. En estas escenas, para mí se trataba de tener la confianza que tiene Robbie, pero sabiendo que a veces es una confianza un tanto fingida.»
Simmance describe a Barlow, cantante y compositor principal de la banda, un poco como «un grano en el culo de Robbie»). «Robbie y Gary luchaban por cuestiones creativas y la oportunidad de cantar en la banda, pero Gary tenía un férreo control sobre esa responsabilidad, lo cual causaba tensiones entre ambos,» dice Simmance. «Pero Gary es un genio absoluto. Si yo tuviera la mitad de su talento, ¡estaría muy satisfecho!»
En la formación inicial de la banda, Williams y Mark Owen se encargaban principalmente de los coros. «Yo describiría a Mark como el único amigo de Robbie en la banda a veces,» comenta Hyde de la relación de su personaje con Williams durante ese tiempo. «Es alguien que intenta calmar la tensión que se produce en torno a ciertos miembros de la banda. Creo que solo quería que todos estuvieran contentos.»
Y Vollenweider señala que todos los chicos, incluido su personaje, Jason Orange, el más mayor de la banda, que empezó como bailarín de apoyo, llegaron al grupo con una actitud bastante inocente, sin saber realmente en qué se estaban metiendo. «Al principio conectaron amistosamente y la camaradería era genial,» dice Vollenweider. «Pero con el paso del tiempo, las cosas cambiaron y creo que a Jason, al igual que a Gary, le costaba ver el lado divertido de Robbie. En cuanto Robbie empezó a dar muestras de falta de profesionalidad, se puso de parte de Gary.»
Encontrar a un grupo de hombres jóvenes para dar vida a estos papeles fue una tarea de enormes proporciones para Gracey. «Nos preocupaba reunir a gente que se pareciera, aunque fuera vagamente a ellos, pero era fundamental que realmente supieran actuar y fueran capaces de cantar y bailar,» dice el director. «Y también que Gary Barlow tuviera una rivalidad creíble con Robbie.» Aparte de encontrar a alguien para interpretar a Robbie, fue el casting más difícil, pero una vez que los encontramos, ver cómo estos chicos ensayando iban convirtiéndose en buenos amigos fue increíblemente especial, y creo que su conexión queda reflejada en pantalla. Parecía que ya tenían un recorrido juntos. Resultó en una alegría inesperada el juntar a estos chicos.»
Cuando Williams reflexiona sobre sus primeros años con Take That, recuerda lo rápido que cada uno encontró su papel dentro del grupo. «El mío era ser el chaval molesto de la banda, el que se metía en líos todo el tiempo,» recuerda. «Supongo que estuve a la altura. Pero, al mismo tiempo, me gustaba provocar a la gente porque no me estaban cuidando como era debido. Ni a ninguno de nosotros. Pero mi reacción ante ello fue hacer que todo estallara. La fama a esa edad fue muy corrosiva y tóxica, así que exploté e implosioné.» Williams finalmente dejó la banda en 1995, cinco años después de haberse unido al grupo. La banda se reunió en 2019 para un gran álbum y una gira, y la relación de Robbie actualmente con sus compañeros de Take That es muy positiva. Williams dice: «Si ésta fuera una película sobre el Robbie Williams de 2009 a hoy en día, sería una historia de amor con Gary Barlow.»
El camino tan difícil en el que se encontró Williams a continuación le llevó por una senda autodestructiva alimentada por una inseguridad paralizante, que intentaba ahogar con drogas y alcohol. Es un capítulo de su vida que la película no pasa por alto. El equipo creativo se centró en ello, sabiendo que eso es lo que hace que sea tan fácil identificarse con la superestrella. «Rob tiene verdadera ansiedad y dudas a la hora de actuar,» señala Gracey. «Y ha pasado por fases en su vida en las que ha intentado automedicarse. Es una lucha real, una batalla, y algo con lo que todo el mundo puede sentirse identificado a algún nivel. Es el sentimiento de que no eres digno de amor y, aunque tengas 100.000 personas gritando tu nombre, puedes seguir sintiéndote solo. Es algo que no entiendes hasta que te asomas detrás de la cortina. Para quien no conoce a Rob, lo ve en el escenario y a todas luces es alguien que parece estar pasándoselo como nunca. Pero lo que pasa cuando se baja del escenario en esos momentos más tranquilos es que siente un montón de odio hacia sí mismo. Hemos sido muy afortunados de que Rob nos haya dejado ir tan lejos como hemos ido, porque en muchos biopics musicales no te muestran el lado oscuro. No te muestran el dolor, las luchas, las peleas. Y Rob ha sido increíblemente generoso al decir: ‘Éste soy yo. Esto es lo que soy, lo bueno con lo malo.’ Eso hace que sea una historia realmente poderosa porque no sientes que estás recibiendo la versión diluida de esta narrativa. Tienes una versión muy honesta, muy expuesta, muy cruda de quién es Rob.»
«No deja de ser incómodo,» admite Williams sobre la ansiedad que sigue sintiendo cuando actúa aún a día de hoy. «No se nota la diferencia entre cuando parece que me lo estoy pasando de maravilla y cuando estoy teniendo un ataque de pánico. Es extraño poder mentir a tan gran escala y que ni siquiera mi mujer pueda darse cuenta cuando me siento ansioso en el escenario. ¿De dónde viene eso? Hay algún trauma infantil no procesado, y se refuerza en estos momentos en los que se espera mucho de mí. Y la tremenda falta de autoestima mezclada con la pomposidad de cómo me proyecto en el escenario es un poco extraño. No hay mucha gente que experimente eso, pero espero que la gente pueda sentirse identificada, porque la ansiedad es ansiedad».
Es precisamente esta montaña rusa emocional con la que es tan fácil identificarse lo que da toda la energía a la película según Gracey. «Estás viendo a alguien que ha tenido este extraordinario ascenso a la fama no sólo una vez, sino dos,» dice, señalando la increíblemente exitosa carrera en solitario de Williams tras dejar la banda. «Tocó fondo después de Take That. Y, básicamente, la gente decía: ‘Bueno, eso se acabó. Tienes 21 años, has tenido tu momento de gloria, tus 15 minutos de fama’. Y a pesar de todo lo que el mundo le dijo, lo hizo de nuevo, y como artista en solitario fue aún más grande. Para mí, poder levantarte y volver a hacerlo es increíble. Hay algo verdaderamente emocionante cuando ves a alguien hacer lo imposible.»
LA PERSONA ADECUADA EN EL MOMENTO EQUIVOCADO
Una de las últimas piezas del rompecabezas fue conseguir a la actriz australiana Raechelle Banno para interpretar a Nicole Appleton, la novia de Williams. Nicole formaba parte de exitoso grupo de chicas All Saints, junto con su hermana Natalie Appleton (interpretada en la película por la hermana real de Raechelle, la actriz Karina Banno). En la historia, Nicole ofrece un contraste a la fama de Robbie con su ternura, seguridad en sí misma y amor.
«Nicole Appleton es una persona tan buena, tan maravillosa y un ser humano increíble,» dice Williams de su ex, con quien sigue manteniendo una estrecha amistad. «Fue la persona adecuada en el momento equivocado para la persona que yo era. Hay partes de esta película que son profundamente personales y siguen siendo muy difíciles de ver, de sentir y de entender.»
Banno cuenta que llegó a la película conociendo casi todas las letras del catálogo de canciones de Williams, ya que se crió con su música. Su madre era una gran fan, la familia casi desintegró su DVD del concierto de Knebworth de tanto verlo. Sin embargo, la actriz estaba menos familiarizada con Appleton. «No sabía mucho sobre Nicole,» dice Banno. «Conocía All Saints y era muy fan de su éxito ‘Never Ever’, que tiene una de las mejores intros de una canción. Pero no me metí en esto con un montón de ideas preconcebidas de Nicole, así que investigué mucho, viendo entrevistas, documentales y leyendo su libro, tanto antes de la audición como después de haber conseguido el papel. Quería encontrar a la verdadera Nicole, para poder integrarla en la historia que estábamos contando. Siento un profundo respeto por ella, no solo como persona, sino también como mujer profesional en aquella época, viendo lo que ella y sus compañeras de banda tuvieron que aguantar.»
En cuanto a retratar lo que comienza como un dulce romance entre dos personas que se sienten marginadas y almas gemelas en la cima de su éxito en la industria musical, Banno dice que se centró en el elemento humano de la conexión de la pareja. «Nicole no ve a Robbie Williams,» cuenta. «Lo conoce y ve a Rob como persona, no como estrella del rock. Intenta mantener los pies en la tierra y quería que esto se viera. Creo que el público de BETTER MAN se enamorará de Rob y Nicole, porque es una historia tan conmovedora de dos personas encontrándose, pero te también te romperá el corazón. No creo que haya muchos ojos secos al final de la película. Es muy emotiva».
EL ESPECTÁCULO DE LAS ACTUACIONES MUSICALES EN BETTER MAN
Para Robbie Williams, componer era algo para lo que se sentía que tenía una habilidad innata, incluso antes de intentar escribir su primera canción. «Escribía poesía cuando estaba en Take That,» recuerda el cantante. «Y luego recitaba mi poesía a la gente, y realmente pensaban que no era una mierda. Entonces pensé: ‘Bueno, tengo que convertir esto en música. Tengo que ponerles notas a estas palabras’. Y una vez que descubrí cómo hacerlo, no quise parar. He escrito unas 800 canciones y quiero seguir haciéndolo siempre. He tenido la increíble suerte de que puedo dedicarme a ser creativo.»
Desde los primeros días del desarrollo de la película, Michael Gracey sabía que no quería incluir únicamente las ediciones radiofónicas de las canciones de Williams en BETTER MAN. Así que se volvieron a grabar para la película nuevas versiones de «Angels», «Feel», «Better Man», «Let Me Entertain You», «Something Beautiful», «Rock DJ», «She’s the One», «Come Undone» y muchas más. Dado que todas estas canciones son grandes éxitos que muchos fans conocen al pie de la letra, hubo que encontrar un equilibrio con las nuevas grabaciones, asegurándose de que sirvieran a la narrativa de la película, pero sino alejarse demasiado de las originales, que no fueran irreconocibles para quienes las adoran.
«No hemos cambiado ninguna letra, pero nos apoyamos en las palabras de las canciones para contar más sobre lo que está viviendo Robbie,» explica Gracey. «Cada canción tenía que explorar líricamente lo que estuviera ocurriendo narrativamente y complementarlo o socavarlo, o tenía que sonar de alguna manera que realzara ese momento.»
Gracey trabajó estrechamente con el supervisor musical Jordan Carroll, con quien ya había colaborado en EL GRAN SHOWMAN. «Michael es un narrador magistral y es increíblemente musical», dice Carroll sobre el reencuentro con el cineasta. «Su habilidad innata para crear una secuencia que no solo te deja boquiabierto visualmente, sino que te toca la fibra sensible, no tiene parangón, y siempre quiere que la música vaya de la mano de esos efectos visuales. Trabajar con él en la música de sus historias es especialmente gratificante porque cada nota se trata con mimo.»
Y, aunque Carroll llegó a BETTER MAN conociendo los mayores éxitos de Williams, cuando se metió de lleno en la película y empezó a sumergirse en el catálogo completo del artista dice: «La evolución musical de Williams y la extensión de su obre me dejaron de piedra. Tenemos tanta música en BETTER MAN y apenas rascamos la superficie.»
Lo increíble es cómo estas canciones, que han existido durante años fuera de la película, de repente cobran nueva vida en este contexto narrativo. En el cine, la historia se reorganiza con fines dramáticos», explica Gracey sobre la rearticulación de los elementos de la historia de Williams, mientras mantienes la verdad de sus experiencias. «Así que no todas estas cosas sucedieron, algunos personajes son una combinación de cuatro personajes fusionados en uno por limitaciones de tiempo, y tienes que mover los acontecimientos para poder contar toda la vida de alguien en una película de dos horas.»
Un buen ejemplo es la canción «Feel», que aparece al principio de la película, aunque fue escrita durante la carrera en solitario de Williams. En BETTER MAN, la canción se re-imagina para una época en la que Williams era un niño pequeño que soñaba con estar con su padre. «Intenta recuperar lo que significa estar con el hombre al que ama,» explica Gracey. «De repente, la letra de ‘Feel’ tiene mucho más peso, sobre todo cuando es este monito quien la canta. Le estás viendo intentando recrear los momentos felices que tuvo con su padre.»
«‘Feel’ se escribió originalmente cuando no había sentido una depresión tan aguda como la sentía ese día en concreto», recuerda Williams sobre la composición del tema. «Mi vida se ha visto empañada por la enfermedad mental y esa canción en particular surge de la raíz de la tristeza y de sentirse perdido.»
Con uno de los mayores éxitos de Williams, «Angels», se tomó la decisión creativa de que la canción sonara después de que el cantante se enterara de la muerte de su querida abuela. «A la hora de elaborar la narración, queríamos transmitir la emoción de la pérdida de su abuela y lo que significaba para Rob,» dice Gracey. «Así que poner ‘Angels’ en ese momento nos parecía que encajaba perfectamente.»
«La mayoría de la gente interpreta ‘Angels’ como una canción sobre seres queridos fallecidos», coincide Williams. «Y es increíblemente impactante en esta película por la relación que la gente ha visto entre mi yaya y yo, que era tan absolutamente poderosa, cariñosa y desgarradora como muestra la película.»
Carroll recuerda los muchos «simposios musicales» que tenía el equipo creativo, en los que veían la película entera y reevaluaban cuidadosamente cada momento musical para asegurarse de que funcionaban como debían. «Trabajamos incansablemente para asegurarnos de que la partitura y las piezas instrumentales no solo sirvieran como un entramado que lo conecta todo, sino que también sirvieran para dar pistas al público sobre algunas de las melodías más importantes,» explica Carroll.
Quizá el momento más deslumbrante de la película sea la espectacular interpretación de «Rock DJ», que en la película aparece en la época de Take That, aunque la escribiese varios años después. «Se trataba más bien de meterse en la cabeza de Rob y proyectar la fantasía que tiene de sí mismo como estrella del rock,» explica Gracey. «Líricamente, ‘Rock DJ’ funcionaba perfectamente para ese momento.»
Gracey sabía que quería rodar el número en la famosa Regent Street de Londres y, a pesar de recibir la aprobación de la Corona para cerrar la calle, algo bastante inusual, se encontró con un reto inesperado: el fallecimiento de la reina Isabel el día del rodaje. Esto supuso un enorme esfuerzo de reorganización para la producción al final del rodaje principal. En el ínterin, el equipo creativo pasí muchas noches en Regent Street filmando con un iPhone mientras los coreógrafos y bailarines esbozaban un plan en la calle. Luego se reagrupaban para analizar el material, cortarlo, modificar, reelaborar la coreografía y volver a intentarlo.
«Cuando llegamos al plató, ya teníamos una imagen previa muy detallada, una versión animada de todo el número,» explica Gracey. «Y luego lo desglosábamos con cada departamento para tener muy claro qué íbamos a rodar exactamente cada noche. Era un plan muy ambicioso, pero lo conseguimos. Cerrar Regent Street y tener a 500 personas bailando ahí fue uno de los mejores momentos de mi vida. Aunque eran las tres de la madrugada, se podía ver claramente la alegría de la gente, y yo creo mucho en el entorno en el que se capta algo. Incluso entre toma y toma, el murmullo de las risas, la energía, la sensación de que se trataba de algo muy especial. Todos los que formaron parte de ese número lo sintieron.»
«Ver la coreografía en la escena de Regent Street con ‘Rock DJ’ daba la impresión de que se había escrito para eso mismo,» observa Williams. «Cuando escribí ‘Rock DJ’, inicialmente, era solo una canción con un estribillo y nada en las estrofas porque no sabía qué quería decir ni cómo decirlo. Así que tuve que juntar rápidamente algunas palabras en día que la grabamos. En realidad, es un poco galimatías, pero ahora significa mucho para mí y para mucha gente. Sin embargo, tiene todo el sentido en el contexto de la película. No parece mi canción para nada. Parece una canción escrita para esta película.»
El equipo musical también colaboró con Wētā en métodos innovadores a la hora de mostrar la música en la película. «Los animadores y todo el equipo de Wētā son únicos,» se maravilla Carroll. «Trabajar con ellos en la animación facial para la sincronización labial fue uno de los retos más interesantes de esta película, pero era de vital importancia para todos que las actuaciones musicales se sintieran reales y que la sincronización nunca te sacara de la emoción de una escena. Estuvimos más de un año trabajando para conseguir que todas las formas de la boca, la colocación de dientes y la lengua, así como la entrega emocional en general fueran perfectas para cada sílaba de la interpretación musical, y me siento honrado de haber podido trabajar junto a artistas de tanto talento en distintas partes del mundo para ofrecer algo que no se había hecho antes.»
Sin embargo, aunque los líderes mundiales en efectos digitales siempre estuvieron a disposición de los realizadores, hubo un aspecto de la producción para el que el equipo creativo no quiso contar con Wētā: la recreación de las multitudes de apasionados fans que aparecen en los conciertos de Robbie Williams allá donde actúa, sea donde sea en el mundo.
«No creo que las imágenes generadas por ordenador tengan la capacidad de crear la energía que puede dar un público en directo,» dice Williams. «Y tengo público muy especial que sabe qué hacer y cómo comportarse cuando está ahí. Están para apoyarme, y yo estoy ahí para entretenerles. Estamos juntos en ello, pillan mis guiños y nos reímos. Pero también están ahí en los momentos en los que necesito que empaticen porque estoy compartiendo mi corazón. Probablemente la tecnología digital nunca será capaz de captar la energía que ellos puedan dar, así que mi maravilloso público vino y se actuó de forma impecable.»
«A menudo, en una película, todas las tomas del público se hacen digitalmente, pero una de las alegrías de esta producción fue rodar conciertos de verdad,» explica Gracey. «BETTER MAN es una montaña rusa emocional fascinante, con sus puntos álgidos, sus momentos bajos y el espectáculo de actuar en un escenario ante miles de personas. Afortunadamente, contábamos con Rob, así que cuando actuaba, nos hacíamos cargo de su concierto y rodábamos a la multitud de verdad. Estos no son personajes digitales. Están ahí mirando a Rob, y captamos las miradas de sus caras y la luz de sus ojos cuando miran a esta estrella. Lo más importante para Rob como artista es ofrecer a la gente una noche increíble». Sigue ostentando el récord Guinness por su gira mundial de 2006, en la que vendió más de 1,6 millones de entradas en un solo día, y eso es prueba del increíble atractivo de Robbie en directo.
Para las secuencias de los conciertos, se utilizaron diversas técnicas y localizaciones para los distintos acontecimientos que salen en pantalla. Los conciertos de Take That, por ejemplo, se montaron específicamente para la película, atrayendo a más de 30.000 espectadores durante dos noches en el Rod Laver Arena de Melbourne, y captando momentos clave en los que participaban grandes multitudes. Un equipo de más de 400 personas con 18 cámaras en movimiento y más de 50 cámaras de captura de movimiento adicionales en el tejado constituyeron uno de los rodajes más complejos y a gran escala jamás realizados en Melbourne.
Para el famoso concierto de Williams en Knebworth en agosto de 2003, en el que un récord de 375.000 fans le vieron actuar durante tres noches, los cineastas decidieron intercalar imágenes del espectáculo real con material adicional rodado en Serbia, mientras 2.000 extras hacían que Jonno Davies les entretuviera. «Fueron los extras más increíbles con los que he trabajado,» afirma Gracey. «Gritaron, chillaron y animaron durante todo el día como si Robbie estuviera allí. Jonno lo petó, al igual que los bailarines que le acompañaron en el escenario. Nuestro diseñador de producción, Joel Chang, también hizo un trabajo increíble junto con el equipo de Serbia. Lo que imaginábamos era a gran escala, y con la ayuda de mucha gente logramos imágenes increíbles.»
Y a pesar de aparecer hacia el final de la película, la conmovedora «My Way», interpretada por Jonno Davies, Robbie Williams y Steve Pemberton, fue la primera secuencia rodada por la producción. Sin duda, marcó la pauta para el reparto y el equipo, señalando el comienzo de un proyecto marcadamente especial.
Los cineastas recrearon la icónica actuación de Williams en el Royal Albert Hall en un plató de Melbourne. El set contó con más de mil extras y para replicar de las icónicas letras RW se necesitaron más de 2.500 bombillas y un extenso diseño, construcción y equipamiento. En el rodaje también participó un gran equipo especializado en operaciones de cámara e iluminación, junto con más de 55 cámaras especiales suministradas por Wētā. Estas cámaras se integraron perfectamente en el entorno para captar las actuaciones en movimiento de «My Way» sin entorpecer el ritmo de la producción.
«Recuerdo haber visto la actuación original con mi madre, que lo sabía todo sobre Robbie y su familia,» recuerda Pemberton. «Es un recuerdo que se me ha quedado grabado y era muy intimidante participar en la recreación de ese mismo escenario». Justo cuando Davies y Pemberton subieron al escenario, Williams llegó para ver a la pareja interpretar la escena culminante en la que Robbie invita a su padre a subir al escenario para actuar a dúo. «Me encantó cantar esa canción con Jonno,» dice Pemberton. «Y luego cambiamos y Robbie subió al escenario y yo canté con él. Le miré a los ojos y le dije: ‘Lo siento, hijo’ y él respondió: ‘Lo sé, papá’. Y fue surrealista. En ese momento, no estaba actuando. Fue un momento susurrado entre los dos y pensé: ‘¡Wow! Esto es algo que nunca olvidaré’.»
En la escena, Janet Williams, la madre de Robbie, también observa desde el público y Kate Mulvany dice que la experiencia fue un momento álgido del rodaje. «Había visto a Jonno y Steve interpretar la canción una y otra vez,» recuerda. «Y entonces entró Robb e interpretó la canción para mí en primer plano. Así que tuve mi propio concierto personal de Robbie Williams y me quedé asombrada. No tuve que actuar en absoluto.»
Y no solo se conmovieron los actores, el equipo de efectos visuales también quedó maravillado. «Tengo momentos estelares en mi carrera y rodar ‘My Way’ fue uno de ellos sin lugar a dudas,» dice el supervisor de efectos visuales Luke Millar. «El hecho de que Robbie se lanzase de esa manera, se pusiera el traje de capture motion y luego hiciera la actuación completa fue increíble.»
«Y fue increíblemente ambicioso comenzar el rodaje con una de las secuencias más desafiantes en el sentido de tener que dar esa gran actuación con todas las cámaras rodando,» añade el productor de efectos visuales Andy Taylor. «Pero nos centramos en lo que teníamos que hacer para los efectos visuales y en meter a Rob en el traje. Fue perfecto. Estaba contento, con ganas y entusiasmo. Verle salir a ese escenario y conectar con el público fue como si se encendiera una luz y transformara la sala. Fue realmente asombroso presenciar una actuación así de Rob en el escenario.»
El equipo musical también contó con otros colaboradores de increíble talento para garantizar que estas secuencias fueran perfectas en todos los sentidos. «Trabajamos con los legendarios Adam Blackstone y Darek Cobbs, que nos ayudaron a dar vida a nuestros números en directo, Nick Baxter y Dan Romer, que nos matizar a descifrar nuestros más emotivos; y Ariza, que le dio la vuelta a ‘Rock DJ’, dice Carroll. «También nos encantó tener una voz nueva en Eden Prince, un productor de Stoke-on-Trent, la ciudad natal de Robbie, que reimaginó uno de los números de Take That.»
Reflexionando sobre estas nuevas grabaciones e interpretaciones de sus canciones, Robbie dice que su esperanza es que la gente reconecte con sus canciones de maneras nuevas. «Es de vital importancia para mí, como artista e intérprete, y también como persona que le gusta ser el centro de atención, que esta película me de energía para el tercer acto de mi vida. Así que espero que la gente diga: ‘¡Ah, sí! Me acuerdo de eso, ¡y me gusta!’.»
Los créditos finales de la película también permitieron bridar un regalo a los fans de Robbie con una nueva y hermosa canción original de Williams titulada «Forbidden Road». La idea de incluir material totalmente nuevo del artista era algo que Gracey tenía muy presente desde el principio. «La película es una experienica emocionante muy reveladora y, aunque Rob me fue increíblemente valiente al permitir que la narración se adentrara en esos lugares oscuros, sabía que evocaría una gran vulnerabilidad», explica Gracey. «Fue esta respuesta, su reacción a ver cómo la fábula de su vida se desarrollaba en pantalla, lo que quise capturar con la canción original.»
«Durante los dos últimos años le envié a Michael algunas canciones para que las tuviera en cuenta, pero ninguna de ellas encajaba con su visión», dice Williams. «No entendí por qué hasta que vi la película terminada, y entonces lo entendí. En ese momento y de esa manera surgió ‘Forbidden Road’.»
Fueron las impresiones y sentimientos de Williams que afloraron tras ver la película por primera vez los que darían forma a la letra. «Creo que Rob lo captó maravillosamente,» dice Gracey. «Pensé que sería más poderoso contar con las palabras de Robbie ahora, compartiendo un mensaje reflexivo y evocador para cerrar la película. Rob y yo hablamos de la necesidad de que esta canción fuera suave y melódicamente relajante, especialmente después de la montaña rusa emocional de la película». La inspiración para la canción surgió de la idea de ‘coger a la gente de la mano’, de ofrecer al público una sensación de consuelo y compañía tras un viaje emocionalmente turbulento y, con suerte, impactante. Sus primeras fuentes de inspiración incluyeron canciones como ‘Father and Son’ de Cat Stevens y ‘Blackbird’ de The Beatles. Ambas canciones tienen una cualidad reflexiva que espero haber captado, creando un momento musical que resuene profundamente y deje al público sintiéndose seguro en la oscuridad.»
«En última instancia, las luchas clave que vemos en la película son muy cercanas», dice Carroll. «Creo que por eso cada vez que veo la película, la persona a mi izquierda o a mi derecha se echa a llorar, los temas son universales y todos nos enfrentamos a algún tipo de pérdida, remordimiento o autosabotaje. Así que la canción final tenía que ser catártica. ‘Forbidden Road’ es un comentario retrospectivo acerca de lo que acabas de ver, contado por la voz de quien lo vivió de verdad.»
Williams añade: «Comprendí que el público había pasado por tantas cosas al final de la película que necesitaría un poco de cariño. Y eso es lo que es la canción: un abrazo melancólico.»
Y para la partitura de acompañamiento de la película, que es a la vez inquietante y lírica, el compositor Batu Sener trató de crear una progresión delicada y natural de las canciones re-imaginadas a la partitura. «Lo que más trabajamos fueron las transiciones de la partitura a las canciones, y viceversa,» explica Sener. «Me aseguré de que la partitura siempre complementara a las canciones sin que pareciera una entidad separada. Las estructuras armónicas e incluso algunos motivos de las canciones están cuidadosamente ocultos en la partitura, para que el público sienta que la historia avanza con la ayuda de la partitura, aunque no se dé cuenta. En una película en la que las canciones son una parte fundamental de la historia, era importante que la música banda sonora original no se sintiera como una interrupción, sino más bien como un interludio, una introducción o una continuación del tono emocional establecido por las canciones.»
En las primeras reuniones de Sener con Gracey, ambos hablaron del viaje emocional de la película y de cómo las canciones y la banda sonora debían reflejar el complicado, aunque fantástico, ascenso a la fama de Robbie. «Sin embargo, la parte más importante de la conversación fue cómo tratar los demonios internos de Robbie y transmitir sus pensamientos y sentimientos de forma que conectaran con el público a un nivel reconocible, comprensible y profundamente humano,» dice Sener. «Sentí empatía y una intensa conexión con el personaje, el caos que se esconde tras la fama, entre lo que el mundo ve y lo que Robbie vive. En ese momento supe que mi trabajo iba a consistir en ayudar a expresar sus experiencias internas, lo que se convirtió en el punto central de mi enfoque a la hora de componer la partitura. Tenía que crear este paisaje sonoro que conectara al espectador con Robbie de la forma más íntima, entre bastidores.»
De forma que las partes más inquietantes de la banda sonora se producen inmediatamente antes de una actuación importante en la carrera de Williams. Cuanto más oscura se vuelve la historia, más cruda es la música. «Con la relación de Robbie con su padre, con ese arco de la historia, es donde la partitura da el mayor giro de tono,» explica Sener. «Al igual que Michael representaba versiones diferentes de Robbie en el público mientras actuaba, la partitura siempre está ahí para recordarte lo tensa, impredecible y turbulenta que era su vida como artista. Creo que esta película consigue encontrar el equilibrio perfecto entre el diseño de sonido, las canciones y la partitura de forma que evoca la sensación de espectáculo y éxito como artista, pero también la oscuridad de la vida de Robbie. Pero el arte surge de lugares oscuros, ¿no? Ya sea literal o emocionalmente.»
COREOGRAFÍA EMBLEMÁTICA
El coreógrafo australiano Ashley Wallen, célebre por su trabajo en EL GRAN SHOWMAN, regresó a Australia desde Londres para unir fuerzas de nuevo con Michael Gracey en BETTER MAN. Trabajaron en estrecha colaboración para diseñar la coreografía y planificar los movimientos de cámara de los principales números musicales, aportando una energía vibrante y una narrativa innovadora a las secuencias. Jenny Griffin trabajó como coreógrafa asistente, continuando así su larga colaboración con la pareja.
«Fue Simon Gleeson (co-guionista de BETTER MAN) quien me presentó a Michael hace más de 20 años,» recuerda Wallen. «Y, desde entonces, hemos trabajado juntos en todo lo que ha hecho, desde anuncias hasta películas. Nunca había trabajado con alguien durante tanto tiempo y eso significa que tenemos un lenguaje común. Me encanta que Michael sea tan exigente, porque eso me motiva. También entiende de danza y me siento realmente afortunado de trabajar con alguien que quiere incluir tanto baile en el cine. Es un sueño hecho realidad.»
En la actualidad, Griffin es la capitana de baile de Robbie Williams y ha trabajado con él de forma constante durante la última década, incluso en su última gira por estadios y grandes recintos. «Rob ha sido genial desde el primer momento, cuando colaboramos por primera vez en uno de sus videos musicales,» dice.
Dado lo bien que Wallen y Griffin conocen la forma en que Williams se mueve en el escenario, pudieron ayudar a Jonno Davies con su expresión corporal y descubrieron que aprendía con rapidez. «Trabajar con Jonno fue genial,» dice Wallen. «Hay momentos de la película en los que necesitaba encarnar a Rob. Rob es tan carismático y alocado en el escenario que Jonno tuvo que asimilar muchas cosas, pero se mostró receptivo y su actuación fue realmente carismática.»
Davies trabajó incansablemente para hacerlo bien, pero el camino no estuvo exento de momentos difíciles. «Ash y Jen eran las mejores personas que podías tener en el set, porque cuando hacías algo mal y te sentías como un idiota, se reían y nunca resultaba incómodo,» recuerda Davies. «Y luego venían y te ayudaban. Son lo mejor de lo mejor, así que poder sacar algunos movimientos emblemáticos de Robbie, así como algunos movimientos de Take That, fue fantástico.»
Wallen y Griffin estaban entusiasmados por tener la oportunidad de recrear algunas de las famosas rutinas por las que Take That eran conocidos a principios de los 90 y descubrieron que no necesitaban mucha preparación. «Alguien me preguntó cómo había sido investigar los pasos de los 90 para las secuencias de Take That, pero la verdad es que no me hizo falta porque yo era bailarín en los 90,» ríe Wallen. «Ya conocía el lenguaje, había sido fan de Take That y había ido a uno de sus grandes conciertos con los mismos trajes de ‘Relight My Fire’. Así que nos centramos más en cómo se movían.»
«Se trataba de tomar lo que su coreógrafa Kim Gavin hizo en los años 90 con los chicos y encontrar la esencia de esos pasos y traerlo al presente, porque fue tan icónico,» coincide Griffin. «Habría sido un flaco favor cambiar algo tan emblemático.»
Wallen y Griffin trabajaron estrechamente con los actores que interpretaban los miembros de Take Thak y quedaron impresionados con todos ellos. «Los chicos estuvieron geniales,» afirma Wallen. Todos llegaron a BETTER MAN con experiencia en danza, así que el mayor reto fue encontrar la manera de que no bailaran como ellos mismos. «Es bastante difícil para un bailarín encarnar la forma de moverse de otra persona,» señala Griffin. Por eso, cuando por fin llegamos a las actuaciones, me entraron ganas de llorar, nos sentimos tan orgullosos. Pusieron todo su corazón en ello. Y, además del baile, también tenían que enfrentarse a enormes retos como trabajar con todas las cámaras y tener a 25.000 personas viéndolos. Pasamos meses ensayando con los chicos y, sin duda, formaron un grupo y había gran compañerismo entre ellos.»
Una de las secuencias de baile más impresionantes de la película es «She’s the One», que documenta el momento tan romántico en el que Williams conoce a Nicile Appleton y se enamoran mientras bailan a bordo de un yate a la luz de las estrellas. Sin embargo, ese hermoso y adorable encuentro no tarda en dar un giro descorazonador al ser intercalado con momentos futuros de su relación que no son del color de rosa.
No fue un baile fácil, contaba con complejas combinaciones y elevaciones. Gracey admite que eligió a Raechelle Banno solo por su interpretación dramática y que después se acordó de que también tenía que saber bailar. «Recuerdo que, presa del pánico, le pregunté: ‘Sabes bailar, ¿verdad?’ Y me contestó: Sí, de pequeña hacía ballet’ y pensé: ‘¡Eso es lo que dicen todas las chicas!’ Pero resultó que ella fue al estudio con Ashley, quien me dijo: ‘Realmente puede bailar.’ Ella es fenomenal. Fue una suerte que pudiera moverse así por todo lo que exige un número como «She’s the One». Necesitábamos a alguien que pudiera hacer la actuación, enamorarte y romperte el corazón.»
«Raechelle hizo nuestras vidas y este número mucho más fáciles,» dice Wallen. «Estaba increíble haciéndolo.» Griffin añade que «Además no tenía ego y dio el 100%. Fue todo un regalo.»
Banno describe el baile como la primera salida creativa que encontró y que le permitió expresarse, pero admite que hacía muchos años que no intentaba nada parecido a lo que se le pedía en BETTER MAN. «Cuando se me presentó la oportunidad, no sabía que no solo tendría que bailar para el papel, sino que tendría que hacer el número más espectacular jamás visto,» recuerda. «Tampoco había bailado nunca con una pareja así, y es un proceso mental diferente. Pero interpretar ‘She’s the One’ fue una experiencia mágica. No era difícil meterse en ella por la música, el decorado y la coreografía. Todo lo que tenía que hacer era dejarme llevar.»
DISEÑAR BETTER MAN
El director de fotografía Erik Wilson, conocido por su trabajo en PADDINGTON 1 y 2, estuvo al frente de la narración visual de BETTER MAN. Wilson aportó tanto su habilidad técnica como su ojo poético a la película, garantizando una visión cohesionada y orgánica de la estética del proyecto. «Michael Gracey permite que todos sus colaboradores aporten ideas y las incorporen a la visión de la película,» dice Wilson sobre por qué le gusta trabajar con el cineasta.
Wilson optó por rodar con una Alexa Mini LF, una Gecko Cam Vintage 66, una Sigma Classic y una Petzval 58 mm, buscando un aspecto muy naturalista y de estilo documental para la película. «Quisimos basarnos en la realidad para la mayoría de las secuencias, excepto a la hora de añadir la iluminación de estilo teatral para las actuaciones,» explica Wilson. «Casi toda la película está basada en una iluminación natural, existente o tradicional. Para los conciertos, para poder asegurarnos de que hubiera un público real de conciertos, filmamos en el escenario de conciertos en los que nos inmiscuimos para rodar a muchedumbres. Wētā Digital fue el equipo de efectos visuales más colaborador y comprensivo, y nos lo pasamos en grande viendo hasta dónde podíamos llevar las imágenes que tenían para luego insertar en ellas el personaje digital.»
Para el diseño de producción de la película, Joel Chang se unió entusiastamente al proyecto tras haber trabajado con Gracey durante más de una década con distintas responsabilidades dentro de diferentes equipos artísticos. BETTER MAN es la primera vez que trabaja como diseñador de producción. «Michael y yo intercambiamos ideas entre nosotros y con el resto de las personas que participan en el proyecto y luego seguimos construyendo sobre esas capas de ideas,» comenta Chang sobre su colaboración con Gracey. «Siempre está trabajando para ver cómo puede hacer que una idea resulte mejor y no hay ego de por medio, así que hay confianza y transparencia en las conversaciones. Nos nutrimos mutuamente con ideas, y eso siempre es un proceso divertido.»
«Fue un privilegio ver a Joel dirigir el departamento con plena libertad creativa,» dice Gracey de la evolución del diseñador. «A diferencia de otros proyectos, nuestras primeras conversaciones sobre esta película fueron completamente desinhibidas, ninguna idea era demasiado descabellada o se descartaba prematuramente, lo que nos permitió explorar conceptos insólitos sin sentirnos creativamente limitados. Una de las cosas que más me gusta de colaborar con Joel es la naturaleza orgánica de su proceso creativo, que siempre se remonta a sus bocetos iniciales. Hay una fascinante soltura y espontaneidad en sus dibujos, que a veces invita a interpretaciones erróneas, y ahí es donde reside la magia de nuestra colaboración: esas interpretaciones inesperadas a menudo provocan ideas y aproximaciones nuevas. Joel aporta flexibilidad y curiosidad a cada proyecto, lo que permite que nuestra colaboración florezca y que cada nuevo mundo evolucione hasta su mejor forma posible, haciendo que cada película se sienta como una experiencia verdaderamente única y dinámica. Joel siempre ha desempeñado un papel clave a la hora de dar el tono visual a mis proyectos, pero en esta película no podría estar más orgulloso ni más impresionado con lo que ha logrado.»
Otro elemento que fue distinto a colaboraciones pasadas fue el hecho de partir de grabaciones de voz antes de que se terminara de escribir el guion. «Michael me incluyó en el proceso desde el principio,» cuenta Chang. «Empezamos buscando ideas visuales y momentos surrealistas basados en las conversaciones que habían grabado Michael y Rob, mientas la historia aún estaba evolucionando. Muchos de los acontecimientos reales de la vida de Rob parecían tan irreales que teníamos que encontrar una forma de estar a la altura de ese tipo de espectáculo.»
Gracey señala que le influyó la «poesía dentro de la locura» de la obra de Terry Gilliam cuando se propuso representar visualmente el funcionamiento interno de la mente de Williams. «La imaginación de Terry Gilliam, especialmente en EL REY PESCADOR, entrelaza a la perfección la fantasía con la realidad, creando un mundo que parece mágico y real a la vez,» explica Gracey. «En mis primeras conversaciones con Joel, nos inspiramos en este enfoque e intentamos captar un equilibrio similar: algo espectacular aterrizado en la realidad, donde los elementos fantásticos surgen naturalmente sin transiciones abruptas. Queríamos que el público se moviera con fluidez entre estos reinos, sin cuestionar nunca el cambio, asegurándonos de que el nuevo entorno se sintiera creíble y como un elemento integral de la experiencia de Rob.»
Y como se trata de una película biográfica, se cubre mucho terreno, transcurren grandes cantidades de tiempo y se visitan muchas localizaciones diferentes, la mayoría de las cuales deben parecer situadas en el Reino Unido y Francia, a pesar de que el rodaje tuviese lugar en Melbourne. El equipo creativo hizo todo lo posible para lograr su visión, desde recrear los primeros años de vida Williams en Stoke-on-Trent en sets de estudio y varias localizaciones de Melbourne, hasta transformar el centro de la ciudad de Melbourne en clubes gays de los años 80 en Londres y filmar majestuosas mansiones londinenses en la Victoria rural. Incluso utilizaron una residencia de ancianos de curas para convertirla en un club privado londinense. Sin embargo, ninguno de los retos fue tan grande como la construcción de un super yate en el escenario 6 en los estudios Docklands para la fiesta de Nochevieja ambientad en el sur de Francia. La escena del yate requirió la incasable dedicación del departamento artístico, que trabajó sin descanso para construir y decorar durante las últimas ocho semanas de rodaje, culminando en la impresionante secuencia de baile «She’s the One».
«Para los decorados, invertimos mucho tiempo en reproducir en el estudio lugares específicos del mundo real, que luego se compusieron con imágenes reales de Stoke-on-Tren,» explica Gracey. «Las costuras digitales de cada uno de esos momentos están hechos a la perfección.» Para que funcionara, la combinación de diseño físico y digital tenía que parecer invisibles, mezclando detalles tangibles con mejoras digitales para dar vida a la visión en su totalidad.»
Dada la exuberante personalidad de Williams, Chang dice que inicialmente empezaron a buscar interiores maximalistas para el diseño, pero no tardaron en empezar a reducirlo todo para asegurarse de que la película se sintiera cruda y real siempre que fuera posible. «Empezó a tratarse de cuándo debíamos utilizar motivos, texturas y colores y cuándo no,» explica Chang. «Utilizamos el espacio de la misma manera durante la mayor parte de la película hicimos un esfuerzo consciente por retener el espacio y elegir cuándo debíamos abrirlo.»
Como una parte sustancial de la historia tiene lugar en los años 90, se hizo una gran labor de investigación para garantizar que el marco temporal se plasmara con rigurosidad. «Lo horrible fue que todos pensábamos que los 90 fueron hace unos diez años,» ríe Gracey. «Pero, por desgracia, ¡fue hace mucho tiempo! Así que volvimos atrás y miramos metraje, referencias y fotos, y eso jugó un papel esencial en cómo diseñamos y cómo representamos esos momentos en la película, hasta el grado del color y la paleta de los 90, que es tan diferente a lo que vemos ahora.» Cada escena tenía su propio tablero de siete por tres pies con referencias a la escenografía, el vestuario, el peinado, el reparto y todos los criterios posibles, basado en un sistema que Joel y yo adaptamos partiendo de lo que hizo Nathan Crowley en EL GRAN SHOWMAN. Los tableros fueron un método inestimable y esta planificación y comunicación meticulosas garantizaron que cada detalle fuera auténtico y cohesionado.»
Para los fans más “aguilillas” del artista, hay mucho que descubrir en cada plano cuando se ve la película. «Rob nos envió algunas fotos antiguas de su familia y tratamos de incorporar todo lo que pudimos de su casa y sus espacios personales,» explica Chang. «También nos aseguramos de sustituir cualquier cosa en la que apareciera el Robbie humano real por el Robbie mono. Estuvimos a punto de despistarnos con una o dos fotos familiares, ¡pero esperamos haber dado con todas! También hay un bonito cameo del Jonno Davies humano en alguna parte de la película.»
Gracey añade: «Los fans van a poder descubrir una gran variedad de sorpresas, sobre todo porque Rob nos da una gran riqueza de looks icónicos. Hemos incluido referencias por todas partes, aunque la mayoría se encuentran durante el número musical ‘Rock DJ’ en Regent Street, la sede del club de fans y el concierto de Knebworth. También hay una recreación del famosísimo video musical ‘Do What You Like’ enterrada en algún lugar de la película. Estoy deseando que los fans descubran estos detalles, sobre todo porque están pensados para deleitarlos y descubrirlos en múltiples visionados.»
La diseñadora de vestuario Cappi Ireland también tuvo una tarea monumental, además del reparto, tuvo que colaborar con Wētā FX en cientos de trajes para el look de Williams. «Cappi es una diseñadora de vestuario apasionada que se aseguró de que los detalles de los 90 fueran correctos,» alaba el productor Paul Currie. «Creo que el vestuario transmitía una realidad tan hermosa de los 90, pero con un toque contemporáneo. Lo increíble es que todos los trajes de Robbie fueron replicados digitalmente por Wētā. Incluso todos los trajes de Robbie parecían reales, usados y completamente orgánicos.»
«Nunca había trabajado con Cappi antes, pero me impresionó todo lo que aportó al diseño de vestuario,» comenta Gracey. «Ella y su equipo demostraron una dedicación y un entusiasmo sin parangón, creando trajes detallados a mano, aunque al final se renderizaran digitalmente. Tiene gran ojo, un estilo divertido y cierto gusto nostálgico que infundió al departamento una energía fresca.» Disponer de un modelo en 3D del mono fue un lujo, ya que nos permitió probar cada concepto de una forma que no suele ser posible. Me encantó trabajar con ella.»
La diseñadora empezó trazando todos los looks para Williams y, como era un mono digital, decidió que lo mejor era ilustrarlo absolutamente todo. «Había cientos de looks,» dice Cappi. «Diría que la fusión del diseño físico y el digital fue perfecta. Viendo el traje de cuero de Robbie no sabrías que es un efecto digital. Es increíble. Necesitábamos poder proporcionar las prendas físicas para avanzar en el proceso, así que Michael consiguió que le prestaran una camisa Gaultier vintage del archivo de Nueva York para escanearla, de modo que pudiéramos ver cómo se movía y cómo caía la tela sobre un cuerpo real.»
«Cappi y yo primero hablábamos y renderizábamos digitalmente los trajes ideales para cada escena, asegurándonos de que encajaban con l nuestra visión y el tono de la escena,» explica Gracey. «Más tarde, colaboraba con Wētā para asegurarme de que capturaban digitalmente el movimiento y la textura adecuados de la prenda física. Incluso vigilábamos la distribución del sudor para asegurarnos de que saliera correctamente y diera una impresión táctil.»
Además de trabajar en los escenarios para asegurar la captura de movimiento cada día, Wētā también tenía un equipo secundario con un fotomatón y cabinas de escaneo para asegurarse de que podían hacer referencia a todos los elementos físicos individuales. «Esencialmente, capturaban todo el atrezzo y el vestuario de los actores que pasaron por estas cabinas,» explica el productor de efectos visuales Andy Taylor. «Trabajaron conjuntamente con el departamento de vestuario y con la gente de atrezzo y con la decoración de los sets para coordinar el escaneo de cientos de elementos.» Esto permitió que el equipo de efectos pudiese revisar esos datos en cualquier momento de la posproducción para poder recrear cualquier cosa que necesitaran, ya fuera el peine de Peter Conway o el sofá de la casa de Robbie.
Ireland investigó todas las imágenes de Williams desde su niñez hasta la actualidad y estudió todas las épocas y estilos. «El co-guionista Oliver Cole había acumulado una enorme cantidad de referencias a lo largo de su investigación para escribir el guion, así que eso también fue de gran ayuda,» dice Ireland. «Él y yo trabajamos mucho juntos, y creamos algunos looks clásicos e icónicos para Robbie y otros personajes.»
«Y Rob fue un gran recurso durante el proceso de investigación y se mostró muy generoso con las imágenes y recuerdos que podía compartir,» añade Gracey. «A menudo le hacíamos preguntas y nos daba su valiosa opinión, diciéndonos qué le parecía acertado y qué detalles no recordaba del todo. Su aportación nos ayudó a aterrizar ciertas decisiones creativas, al tiempo que nos daba libertad para inventar allá donde se podía.»
Reproducir algunos de los looks específicos de Take That y de Williams fue uno de los momentos más destacados del trabajo para Ireland. «Hicimos un trabajo tan buen recreando Knebworth que algunos miembros del equipo de Robbie pensaron que eran imágenes reales,» afirma. Recreamos el ambiente de la época y los looks que eran homenajes a la moda del momento, incluidos looks de diseñadores emblemáticos de los 90. Algunos de los atuendos de Nicole Appleton se hicieron así, especialmente el vestido que lleva en el yate. Este vestido fue toda una proeza de diseño e ingeniería para mi equipo y luego de cara al rodaje de la complicadísima coreografía.»
ROBBIE WILLIAMS VISTO CON OTROS OJOS
BETTER MAN representa una aproximación completamente original, atrevida e innovadora al género del biopic musical. Y su éxito depende de un personaje central lo suficientemente estilizado como para diferenciarse de los demás, pero con la humanidad suficiente para integrarse sin problemas en un entorno realista. Es una hazaña cinematográfica milagrosa que logra el equilibrio perfecto entre la fascinante imaginería cinematográfica y lo mundano de la realidad de la vida de un hombre con sus momentos álgidos y sus momentos bajos.
«Éste es un relato muy honesto de la vida de Robbie Williams,» dice Gracey. «Y hay cosas que la agente no sabrá. Así que, desde ese punto de vista, es muy satisfactorio compartir un relato tan crudo del ascenso a la fama de alguien. Pero para mí, quizá sea aún más emocionante que el público que no conoce a Robbie Williams se encuentre con él por primera vez. Si conoces las canciones, es una película en la que tararearás las melodías y será muy satisfactorio. Pero, si no conoces la música y la escuchas por primera vez en esta narración, siempre asociarás estas canciones con estos efectos visuales. Esperemos que la impresión sea tan fuerte que la gente no pueda volver a escuchar la canción sin acordarse de esos momentos.»
Y así, mientras Gracey y el resto del equipo creativo se preparan para que esta increíble obra de amor salga al mundo, el director dice que el público también puede esperar todo lo que conlleva un musical espectacular y épico con números y bailes que nunca se han viso de esta manera. «Quiero que la gente sienta la alegría y la emoción y lo extraordinario que son estos momentos, pero también quiero que sientan la desesperación, la pena y la tristeza que forman parte de este viaje, porque eso es parte de todas nuestras vidas,» dice Gracey. «Y una de las alegrías de crear estos números es que pones tanto en pantalla que no puedes verlo todo de una sentada, así que habrá ganas de volver. Tenemos una música increíble, una historia increíble con Rob y una tecnología que solo ahora es capaz de llevar a cabo lo que queríamos hacer. Es un momento en el tiempo en el que todas esas cosas se juntaron y eso es lo que hace que BETTER MAN sea tan especial.
Davies cree que esa es exactamente la razón por la que el público se mantendrá al borde de sus asientos en este viaje emocional y eufórico de alto octanaje. «También creo que la gente gritará las letras de Robbie Williams durante las próximas tres semanas después de ver la película,» dice el actor. «Y espero que volvamos a ver a Robbie en lo más alto de las listas de éxitos, que es donde debe estar.»
En cuanto al propio artista, Williams sugiere que cuando el público vea la película, puede que empiece a verle con otros ojos. «Porque la gente puede pensar que sabe cómo eran las cosas, pero no lo sabe,» concluye. «Quiero que la gente se sienta emocionalmente conectada con lo que acaba de ver. Quiero que la gente salga del cine o se levante de su sofá o apague la televisión pensando que ha merecido el tiempo invertido. Esta película ha supuesto un gran cambio para mí, para Michael Gracey, para el reparto, para todos. Es un sueño enorme. Y si se convirtiera en parte del tejido de la vida cultural de la gente, sería maravilloso. Si pudiera soñar con algo tan grande.»
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ROBBIE WILLIAMS («Robbie Williams») es uno de los artistas musicales más galardonados del mundo, con seis de sus álbumes están entre los 100 más vendidos de la historia en el Reino Unido, cuenta con 80 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, 14 singles número 1 y un récord de 18 Premios Brit, más que ningún otro artista. En 2022 consiguió su decimocuarto álbum número 1 en el Reino Unido con «XXV», batiendo el récord de solita con más álbumes número 1 en el Reino Unido, Su total de álbumes en las listas de éxitos en el Reino Unido, entre su trabajo en solitario y los discos publicados con Take That, asciende ahora a 19. Es uno de dos artistas con más números 1 en su catálogo.
En noviembre de 2023, Netflix estrenó la esperada serie documental en cuatro partes sobre Robbie, titulada Robbie Williams. Dirigida por Joe Pearlman, la serie muestra a Robbie echando la vista atrás en su carrera y reflexionando sobre el tiempo que pasó bajo los focos. El documental ha sido un gran éxito de audiencia en todo el mundo, alcanzando el número 1 de Netflix en 22 países diferentes y el Top 10 en 48 naciones. La serie obtuvo 5.5 millones de visitas en tan solo un mes desde su estreno.