Era un miércoles cualquiera del pasado mes de octubre. Cómo pasa el tiempo… ¡De eso hace ya más de medio año! Clara Tena, directora de este medio, me citaba en el Teatro Bellas Artes de Madrid. El motivo era ver una de las obras expuestas en cartelería y celebrar una reunión de trabajo. No tenía mayor idea de lo que sucedía aquella tarde hasta que llegué al punto de encuentro. Clara esperaba en la cola del teatro, le acompañaba su pareja, Gregorio. Con una gran sonrisa ambos me recibían. «Han colgado el cartel de ‘sold out’, Jesús, fíjate», saludaba Clara. Y, efectivamente, para ser un día de diario y con las temperaturas ya bajas propias del mes había mucha gente en la calle…
La gran Lola Herrara, una de las actrices más veteranas y célebres de este país, actuaría en pocos minutos en el maravilloso y céntrico Teatro de Bellas Artes. Y ‘Cinco horas con Mario’, su obra por antonomasia y la que lleva años interpretando en solitario, el gran evento cultural a vivir. ¡No daba crédito! ¡La verdad es que me alegró mucho recibir aquella invitación, y ver a Lola Herrera interpreando a Carmen Sotillo, era un sueño hecho realidad. ¿La obra? ¡Todo un ‘must’ que recomiendo sin cesar!
Pero lo mejor estaba aún por llegar… «Tenemos que esperar a Lola Herrera. Ahora se tiene que cambiar, desmaquillar y nos ha pedido que nos quedemos aguardando en el ‘hall’ de entrada del tatro, Jesús», me espetó Clara Tena. «¿Esperarla?», respondí. «No preguntes. Todo a su debido tiempo», zanjaba. Escoltada por una asistente personal que la despedía, Lola Herrera saludaba a Clara Tena y su pareja. Ambos felicitaban a la actriz por su maravillosa interpretación. Besos, abrazos, más besos y halagos… ¡Llegaba mi turno! Yo estaba quieto, sólo sonreía, y Lola se giró directa hacia mí mirándome
fijamente. «Él es Jesús Reyes, Lola. Periodista y estilista. Vendrá ahora con nosotros a cenar», fue la presentación que Clara hizo sobre mí. «Encantado, Lola, ha sido todo un placer conocerla y poder disfritar de su arte». Muy cómplice conmigo desde el minuto uno -y a la par discreta-, me sonrió y añadió: «Encantada, Jesús».
Pese a que en total habrían pasado ya casi una hora desde el final de la función, un enorme grupo de gente aún esperaba en la puerta del teatro. Deseaban poder saludar a la gran Lola Herrera y tentar a la suerte por si alguno de los más jovenes presentes podían sacarse una fotografía con la actriz. Algunos lo consiguieron. Lola Herrera es una diva. Es artista y así lo demuestra por cada poro de su piel, sus gestos, sus respuestas, su mirada lenta y directa… Y las divas se deben a su público, claro. Por lo que más de uno y una esa noche se fueron felices a la cama. Nosotros no iríamos a la cama aún. Clara Tena había organizado una cena en el emblemático hotel Suecia de Madrid, justo al lado del teatro. Pasarían otros treinta minutos. Allí, envueltos en un ambiente totalmente distinto, más relajado y con el calor de una copa de vino cada uno de nosotros en la mano y una rica cena degustación, la directora de este medio, sentada en frente de Lola y, a la vez, la actriz justo al mío, me pusieron encima de la mesa una propuesta de trabajo que no podría imaginar. Mucho menos rechazar. «Jesús, haremos una portada con Lola Herrera y queremos que tú seas quien le ayudes a seleccionar el vestuario», escuché. Fui feliz, muy feliz, en ese preciso instante. El resto de la velada y cómo llegamos hasta donde hoy estamos, me lo guardo para mis recuerdos.
Tuvieron que pasar más de 15 días de aquella cita hasta que volviera a ver a Lola Herrera. Aquella mañana la recuerdo fría. Era primera hora del día. Iba preparado, muy mentalizado. Pero hay cosas que pueden escapar a nuestro control, por eso también un poco nerviso. Llevaba un bloc de notas en mi Speedy y una rosa blanca fresca recién comprada en la otra mano. Me gusta ser detallista. Estaba frente al portal de la residencia de la actriz. Pasaban tres minutos de la hora prevista y en muy pocos segundos estaríamos a solas. Ella y yo. La gran Lola Herrera y un servidor. Y decenas de preguntas me nublaban la mente… ¿Se dejará asesorar? ¿Cómo será su armario? ¿Qué piezas guarda en ellos? Seguro que son prendas muy vividas y elegantes, como ella, me decía. Porque Lola Herrera es muchas cosas, pero sobre todo, a mi parecer, es sinónimo de elegancia. ‘Ding-dong’, tocaba al timbre. Y unos pasos firmes se escuchaban y dirigían para abrime la puerta…
Lola Herrera, portada del próximo número de ‘Madrid Magazine’ Lola Herrra debutó en 1957 y desde entonces se ha convertido en una de las artistas más célebres e ilustres del panorama nacional, incluso internacional. La gente de mi generación -tengo 31 años- la conocemos, sobre todo, por su papel en series como ‘Un Paso Adelante’, ‘Las chicas de oro’ o ‘Amar es para siempre’, entre otras muchas producciones de televisión, cine y teatro. Lo que he compartido en estas páginas con nuestros lectores es tan sólo un pequeño adelanto, pues tendremos el inmenso honor de contar con la gran Lola Herrera como portada de nuestro próximo número. ¡Y muy pronto verá la luz!