Por Paula Garcia
Como siempre digo, una buena comunicación abre puertas.
Podemos decir que existen tres maneras principales de comunicarnos: la pasiva, la agresiva y la asertiva, y es esta última en la que debemos enfocarnos. Lograrla es un proceso: de autoconocimiento y de aprendizaje con las relaciones interpersonales.
Ya sea que tenemos que plantearle algo a nuestro jefe en un contexto laboral, o a nuestra pareja, buscar las palabras correctas, un buen modo y un contexto que promueva el diálogo, pueden ayudar muchísimo a la hora de comunicar de manera efectiva.
En una comunicación pasiva, solemos dar más prioridad a las opiniones y sentimientos ajenos sin valorizar los nuestros. Por otro lado, en la agresiva, todo lo contrario, priorizamos lo que nos sucede sin tener en cuenta lo que le pasa al otro; y por último, en la asertiva, tanto los sentimientos del otro como los nuestros son importantes.