Cada mañana, desde que abro las puertas de mi establecimiento, hablo con muchos clientes. Unos vienen con prisa, otros buscan relajarse en ese tiempo, y la gran mayoría encuentran en su estilista una persona con la que compartir ideas, pensamientos, sentimientos y vivencias, tanto personales como de belleza.
Me gusta observar e intentar comprender a cada una de esas personas que confían en mi porque me ayuda a entender cómo son y cómo les gusta verse.
Y en ese observar, echo la vista atrás, y veo cómo han cambiado las necesidades y la percepción de la vida en mí y en todas esas personas.
Los tiempos de pandemia como la veíamos al principio ya no nos marca la vida, pero sí ha tenido consecuencias para todo el mundo.
En primer lugar, hemos vivido tiempos de incertidumbre, de paralizar nuestras vidas, de sentir miedo, algo que nunca hubiéramos imaginado que nos iba a ocurrir a nosotros, a nuestra familia, vecinos/as, al resto de España y al mundo entero.
Ahí pudimos comprobar que realmente vivimos en un mundo globalizado y la guerra en Ucrania nos ha venido a confirmar este hecho.
En segundo lugar, porque nos ha afectado en lo personal, a los mayores por el temor a la enfermedad, a los jóvenes porque sentían coartada su libertad y a todo el mundo en general, porque paralizó sus vidas.
Y todo esto ha llegado a todos los aspectos de la vida. Yo me dedico a la belleza y puedo afirmar que ahí también han llegado los cambios.
Algunas clientas me comentaban que se les había olvidado maquillarse, que no utilizaban los labiales y que ya no sabían cómo subirse a los tacones. Tras tanto tiempo de mascarilla en el rostro ahora con una base de maquillaje suave y natural, destacan los ojos, cejas y labios muy marcados e intensos con delineadores.
Las ropas que vemos en los comercios son más animalprint, más salvajes, muchos estampados reflejando motivos relacionados con la naturaleza. Y sobre todo prendas más cómodas e informales.
Ese estilismo también queda reflejado en los peinados. Se lleva lo étnico con todo tipo de colores atrevidos, como fucsias, verdes o azules. Las trenzas, los accesorios de pelo, pañuelos decorativos, trenzas, bohemios.
En definitiva, hablar de los cambios en la belleza y la moda son consecuencias del contexto en que vivimos, y se ha creado una moda en todo que, sin los acontecimientos vividos, tal vez hubiese variado y hoy estaríamos hablando de un estilismo totalmente diferente.
De forma individual no podemos resolver una pandemia o una guerra, pero como no sabemos qué ocurrirá mañana, yo abriré de nuevo las puertas de mi establecimiento con el objetivo de que mis clientes salgan con una sonrisa, se sientan felices con su imagen y trasladen positivismo a toda persona que se cruce en su camino. Entre todos podemos aportar para que nuestro mundo sea mejor.